Avanzan investigaciones sobre residuos de la industria conservera del tomate como base para revestimientos internos de envasados de alimentos

 

El Objetivo 12 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 es la Producción y consumo responsables.

Según el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), para lograr crecimiento económico y desarrollo sostenible “es urgente reducir la huella ecológica mediante un cambio en los métodos de producción y consumo de bienes y recursos”. Explica el PNUD que este objetivo es vital y solo se puede lograr a través de la “gestión eficiente de los recursos naturales compartidos y la forma en que se eliminan los desechos tóxicos y los contaminantes son vitales para lograrlo”. Señala así que también es importante “instar a las industrias, los negocios y los consumidores a reciclar y reducir los desechos, como asimismo apoyar a los países en desarrollo a avanzar hacia patrones sostenibles de consumo para 2030”. Y como parte de la solución para lograr un desarrollo sostenible se enmarcan las investigaciones de la Estación Experimental La Mayora, situada en Algarrobo (Málaga), la cual desarrolla actualmente tres proyectos de investigación para la fabricación de bioplásticos y su uso en la industria agroalimentaria.

El primero de los proyectos, titulado Bioeconomía circular para el envasado de alimentos: Aprovechamiento de los residuos de la industria conservera de tomate, es la base para el desarrollo de soluciones sostenibles y económicas para el envasado de alimentos, cuyo objetivo final se trata de fabricar “bioplásticos multifuncionales a partir de residuos agrícolas derivados de la industria conservera del tomate”, según sostiene el medio digital malagueño AxarquiaPlus. Es así, que el segundo proyecto se centra en Revestimientos miméticos sin bisfenol-A a base de residuos de tomate para el envasado de alimentos, cuyo objetivo es el empleo de los residuos resultantes del procesamiento industrial de frutos de tomate como recurso biorenovable para la fabricación de lacas inocuas de origen biológico. «Estas lacas sustituirían a las resinas de bisfenol-A en el recubrimiento interno de las latas de conservas de alimentos y bebidas, ya que dicha sustancia es potencialmente tóxica y dañina para la reproducción humana», han explicado recientemente voceros del gobierno central ante el parlamento malagueño.

Este proyecto está siendo financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI)- Este tipo de investigaciones ya se vienen realizando desde el pasado año con trabajos enfocados precisamente en el mencionado uso para recubrimientos de latas, la obtención de films biodegradables y usos en biomedicina.

Estas investigaciones sobre bioplásticos en el campo de los envasados de alimentos se realizaron con instituciones de prestigio internacional como la Universidad de Cambridge (Reino Unido), la Universidad George Washington (Estados Unidos de América) y el Instituto Italiano de Tecnología.