Una lata de conservas es un envase metálico diseñado para el almacenamiento y conservación de alimentos, en particular productos del sector conservero como el pescado. Estos envases son opacos y resistentes, lo que los hace adecuados para envasar y preservar líquidos y alimentos procesados. Las latas de conservas proporcionan un método de esterilización natural sin necesidad de aditivos, permitiendo conservar los alimentos en óptimas condiciones durante largos periodos de tiempo.


Las latas de conservas comúnmente utilizadas en la industria conservera del pescado pueden ser de dos o tres piezas. Las latas de tres piezas se fabrican a partir de una lámina rectangular de hojalata, conocida como lámina del cuerpo, que se enrolla en forma de cilindro y se une con una costura vertical mediante soldadura. A esta sección se le añaden dos extremidades: el fondo o base de la lata y la tapa. La tapa se coloca después del proceso de llenado de la lata con el alimento. La unión de la tapa y la base al cuerpo de la lata se realiza a través de un proceso conocido como sertido doble, que es crucial para garantizar el correcto funcionamiento del envase, ya que errores en este proceso pueden provocar la pérdida del cierre hermético y la contaminación del contenido después del tratamiento térmico.


La resistencia de las latas de conservas es fundamental para asegurar que los alimentos se mantengan en condiciones seguras y sanitarias. Las latas son sometidas a procesos de esterilización a temperaturas superiores a 100°C, lo que asegura la destrucción de gérmenes patógenos y la inactivación de enzimas que podrían alterar los alimentos. La resistencia mecánica de las latas permite que no necesiten almacenarse en cámaras frigoríficas y que puedan ser almacenadas en lugares frescos y secos, alejados de altas temperaturas y humedad.


En cuanto a su composición, las latas para envasado suelen ser de hojalata electrolítica con un barniz sanitario en su interior, que no altera las características organolépticas del producto y no transmite sustancias nocivas. Además, las latas ofrecen la ventaja de ser reciclables, lo que contribuye a la sostenibilidad del envase.
La fabricación de las latas de conservas es un proceso técnico que requiere precisión y control de calidad para garantizar que el envase cumpla con las especificaciones necesarias para conservar de manera segura y eficaz los alimentos envasados.