La pasivación de la hojalata es un tratamiento químico aplicado tras la deposición del estaño que estabiliza las características superficiales de la hojalata controlando la formación y desarrollo de óxido de estaño. Este proceso se realiza para evitar la oxidación no solo durante la fabricación, sino también en operaciones sucesivas como puede ser el barnizado. Además, la pasivación proporciona una superficie químicamente más apta para litografiar y barnizar y aporta cierta dureza protectora a la hojalata. En el proceso de pasivación se pueden emplear diferentes soluciones como ácido crómico, fosfato de cromo, dicromato de sodio o carbonato de sodio, y se realiza aplicando una tensión eléctrica que genera una capa protectora finísima de óxido crómico sobre la hojalata.