El packaging sostenible está de moda. Una tendencia que ha llegado para quedarse y que cada vez más consumidores demandan por lo que ningún fabricante de productos envasados debería dejar de lado. Un asunto que, por supuesto, afecta de lleno al envasado metálico y que en el siguiente artículo detallamos.
Reducir tal impacto y conseguir una imagen de marca fresca, actual y de gran calidad es algo que se puede conseguir eligiendo adecuadamente un buen packaging metálico. Así lo cree también Montse Castillo, coordinadora del máster en Packaging Management de IQS Executive Education y miembro del comité de sostenibilidad y envases de AECOC quien explica que “uno de los grandes retos del packaging es el impacto medioambiental. Con el auge del e-commerce, las empresas deben tomar medidas para reducir su impacto en el medio ambiente en la cadena de suministro, apostando por reducir la huella que generan en el planeta”.
Otra cuestión importante que debemos tener en cuenta cuando buscamos un buen envase es el diseño para resaltar el producto por encima del resto, debe contar con un diseño atractivo, debe ser también práctico, seguro, amigable así como reutilizable sin que falte tampoco la etiqueta de “sostenible”, algo de lo que puede presumir sin problema un envase metálico, sobre todo si se hace una comparativa con el plástico.
Desde Empac aseguran además que “cuando los productos de metal alcanzan el final de su vida útil, los materiales son simplemente recogidos y reciclados, una y otra vez, sin pérdida de sus propiedades inherentes. Es lo que se conoce como reciclado real”.
Actualmente, el packaging, además de ser necesario para el transporte de un producto, habla de los valores de una marca, forma parte de la experiencia de producto, conecta con un público determinado y aporta datos tanto a nivel legal como actitudinal. Esto quiere decir que ya no es solo una cuestión de que el empresario quiera o no utilizar packaging sostenible, sino que el cliente actual lo demanda y exige.
Otra ventaja añadida del packaging metálico es su circularidad y su nula asociación con la contaminación, frente al plástico que sí la tiene. Además, la imagen de marca permanece mucho tiempo y así el mensaje se impulsa de forma exponencial. Ya hay quienes lo consideran como un auténtico medio de comunicación con el cliente.