La Asociación de Marcas de Consumo reveló dos estudios que llevó a cabo junto con Trade Partnership Worldwide, LLC y The Juday Group para mostrar los riesgos de implementar aranceles hasta del 300% sobre la importación de acero hojalata. Estos podrían generar una pérdida laboral enorme cercana a los 40.000 trabajadores tanto afiliados como no a sindicatos además de encarecer los artículos enlatados en el mercado hasta en un 30%.


Consumer Brands está luchando para evitar que el Departamento de Comercio y la Comisión de Comercio Internacional autoricen a Cleveland-Cliffs para cobrar hasta un 300 por ciento más por productos importados como al acero de hojalata. Estas medidas tendrán efectos inmediatos en los costes computables, es decir, los precios al consumidor se verían afectados si estas tarifas obligatorias se ponen en marcha. La investigación sugiere que el acero de hojalata existe en muchos productos empacados, desde sopa hasta cremas de afeitar, y por este motivo, imponer los aranceles solicitados aumentaría los costos de producción para los fabricantes de latas estadounidenses y desencadenaría aumentos de precios para todos los consumidores, como lo respalda la investigación.


Según David Chavern, uno de los encargados principales de Consumer Brands, Cleveland-Cliffs ha estado aprovechándose de las leyes del comercio para incrementar sus beneficios, a costa de aquellos que compran cantidades significativas de productos alimenticios.


Los organismos tributarios, el Departamento de Comercio y el ITC, deben cumplir con su responsabilidad al revisar en detalle los hechos del caso antes señalado y analizar los dos estudios sobre la incidencia económica. Esta decisión debe ser neutral y no beneficiar a una sola empresa en detrimento de un sector industrial tan importante para el país como lo son para los consumidores. Además, los estudios realizados por The Juday Group mostraron que la subida de precios para los alimentos y artículos en lata supondrá un aumento en el coste de hasta 58 centavos por producto.


También un reciente estudio elaborado por Trade Partnership Worldwide LLC arrojó un resultado alarmante: el uso de los aranceles colocaría en peligro un elevado número de empleos que superaría el medio millar, los cuales estarían relacionados con la manufactura en los Estados Unidos. Asimismo, dicha medida encaminaría a que Estados Unidos se volviera aún más dependiente de otros países como México y China para sus productos enlatados y alimenticios, tal es el caso que hemos visto este año con el alza del 19% en la importación desde China.


Robert Budway, quien es el presidente del Instituto de Fabricantes de Latas, remarcó que tal impuesto afectará a los estadounidenses de manera directa. «Si se impone este impuesto a la lata, no solo dañará a nuestra industria, sino que también perjudicará a los consumidores, especialmente a aquellos que dependen de alimentos enlatados asequibles y accesibles», remarcó.


«Lo que pretende ser una herramienta para proteger a los fabricantes estadounidenses tendrá exactamente el impacto opuesto porque los fabricantes de latas necesitan acceso a ciertos aceros que ni siquiera se fabrican en los Estados Unidos», remarcó.