En 2004, el director de cine Francis Ford Coppola fue el primero en enlatar su vino espumoso ‘Sofia Blanc de Blanc’, un regalo a su hija, que también venía con una pajita para beberlo. Con los años, la serie Sofia acompañó el crecimiento global del vino enlatado, ampliándose hasta incluir opciones enlatadas de Riesling, como el rosado no espumante o chardonnay.
Ya de forma generalizada, el lanzamiento del vino en lata comenzó hace más de 10 años y en el que ha vivido todo un proceso evolutivo, su peso se ha reducido un 35% desde los años 80, lo que lo convierte en el envase perfecto para esos momentos de consumo ‘on the go’, en la playa, el campo o la piscina. Aunque con el paso de los años, el perfil del consumidor de este tipo de bebidas ha ido cambiado, la pandemia ha dado un giro en el gusto de los consumidores, especialmente entre los milennials que ven el vino enlatado con otros ojos ya que buscan un formato de bebida más fácil y cómodo. Su popularidad entre los jóvenes españoles, más concienciados con la sostenibilidad, va en aumento.
Así lo revela la encuesta realizada por la multinacional Ball, en su informe señala que el 76% de los millennials españoles confirma haber probado vino enlata o tienen intención de hacerlo en el próximo año, en un porcentaje diez puntos por encima de la media nacional, que se sitúa en un 66%.
El mayor productor de latas de bebida del mundo, presente en nuestro país a través de la mercantil Ball Beverage Packaging Ibérica, realizó este estudio para conocer la opinión de la población sobre este producto en Estados Unidos, Reino Unido, Chile, Alemania, Francia y España.
De hecho, la conocida como Generación X, entre los 45-54 años, se muestra abierta a probar esta categoría de bebidas, un 69%, al igual que la población más joven perteneciente a la denominada Generación Z, un 67%. El estudio muestra que esta tendencia es similar en casi todos los países. Por ejemplo, en Estados Unidos, son también los millennials los más abiertos a probar vino en lata, un 75%, mientras que en Chile el porcentaje se eleva al 80%. Por contra, en Francia, con una gran tradición vinícola, la cifra baja hasta el 43%.
En concreto, para los millennials españoles, el tinto es el que más gusta con un 51% seguido por el blanco con un 46% y los espumosos un 32%. Aquí también se aprecian diferencias entre los gustos de los millennials españoles y los de otros países, que consideran el vino espumoso como el más adecuado para envasar en lata, a excepción de Estados Unidos, que también se decanta por el tinto en consonancia con el gusto español.,