La corrosión de las latas en la industria conservera de pescado puede deberse a varios factores y manifestarse de distintas formas. He aquí algunas causas potenciales y tipos de corrosión que podrían estar afectando a sus productos de pescado en conserva:

  1. Depósitos de sulfuro: La interacción entre el estaño de la lata y los compuestos de azufre del pescado puede dar lugar a la formación de depósitos negros de sulfuro. Estos depósitos no son perjudiciales, pero pueden resultar poco atractivos. Se recomienda consumir el pescado enlatado antes de un año para evitar una mayor degradación de la lata.
  2. Corrosión por picaduras: Se produce cuando se forman pequeñas picaduras o agujeros en el metal, a menudo debido a la presencia de iones de cloruro u otras sustancias corrosivas. La corrosión por picaduras es especialmente problemática porque puede provocar la perforación de la lata y la pérdida del producto.
  3. Agrietamiento por corrosión bajo tensión: Este tipo de corrosión puede producirse cuando el metal está sometido a tensión, ya sea por fuerzas externas o por tensiones internas de tracción. Puede dar lugar a grietas en el metal que luego se corroen preferentemente.
  4. Corrosión filiforme: Este tipo de corrosión aparece en forma de filamentos filiformes en la superficie del metal y puede provocar el fallo de la lata. A menudo se asocia con el ambiente externo, como la exposición al dióxido de azufre y al sulfuro de hidrógeno.
  5. Corrosión interna: Se trata de una reacción electroquímica que se produce en el interior de la lata y que puede provocar cambios organolépticos en el producto, pérdida de vacío, hinchazón y fugas en casos extremos. La presencia de aire en el espacio de cabeza de la lata, el tipo y acidez del alimento, y la duración y temperatura de almacenamiento pueden influir en el nivel de corrosión interna.
  6. Problemas con la laca: La superficie interna de la hojalata se recubre normalmente con una laca para mejorar la resistencia a la corrosión. Si la laca no proporciona una barrera eficaz, o si se daña debido a impactos mecánicos o defectos de fabricación, el metal subyacente puede corroerse rápidamente.
  7. Contaminantes en los alimentos: Ciertos contaminantes, como el cobre y el níquel, pueden aumentar el riesgo de corrosión. La contaminación por cobre en las zonas de soldadura puede favorecer el agrietamiento por corrosión bajo tensión, mientras que el níquel puede aumentar la posibilidad de corrosión por picaduras.
    Para mitigar estos problemas de corrosión, es esencial garantizar unas prácticas de fabricación de latas adecuadas, incluido el uso de lacas y tratamientos apropiados, una manipulación cuidadosa para evitar daños mecánicos y unas condiciones de almacenamiento adecuadas. Si la corrosión es un problema recurrente, puede ser necesario revisar y posiblemente cambiar los materiales o procesos utilizados en la fabricación de latas.