El cloruro, específicamente el cloruro de sodio (NaCl), puede tener un efecto corrosivo en los envases de hojalata (TFS, por sus siglas en inglés de Tin-Free Steel). La corrosión puede ser causada por la humedad y la presencia de cloruros en el ambiente o en el contenido del envase.

La corrosión puede debilitar el material del envase, lo que puede provocar fugas o la contaminación del producto envasado. Para minimizar el efecto corrosivo de los cloruros, se pueden tomar algunas medidas:

  1. Utilizar materiales de envasado con recubrimientos protectores adecuados que sean resistentes a la corrosión.
  2. Asegurarse de que los envases estén secos antes de su almacenamiento y transporte.
  3. Controlar las condiciones del agua utilizada en los procesos de esterilización y enfriamiento, y considerar el uso de aditivos que reduzcan la corrosión.
  4. Elegir materiales de embalaje secundario, como cajas de cartón, con bajo contenido de cloruros y sulfatos.

Tomar estas precauciones puede ayudar a proteger la integridad del envase TFS y garantizar la calidad y seguridad del producto envasado.