La multinacional Novelis, el reciclador de aluminio más grande del mundo se ha propuesto la misión de hacer que Estados Unidos le dé una nueva vida a cada lata de aluminio. En todos los estados, el reciclaje se ha convertido en un término general que no siempre diferencia los materiales, pero de hecho, los procesos y la eficacia del reciclaje de plástico, vidrio y aluminio son distintos y no siguen un proceso estandar homogéneo.
Un informe de 2020 encargado por Can Manufacturers Institute muestra que más del 80% de las latas de aluminio se vuelven a convertir en nuevos envases de bebidas, en comparación con solo el 59 % de las botellas de vidrio y el 13 % de las botellas de plástico de tereftalato de polietileno (PET). Muchos desconocen además que reciclar aluminio requiere solo el 5% de la energía requerida para crear aluminio nuevo, lo que significa que los esfuerzos de reciclaje podrían ser una parte importante de una economía circular en desarrollo en los EE. UU . mientras que en países como Brasil alcanzan tasas de reciclaje de latas de aluminio cercanas al 100%.
Por el contrario, en el caso de EE. UU. ve una tasa de solo el 45%. Por eso, Novelis, con sede en Atlanta, el reciclador de aluminio más grande del mundo está liderando el cambio para aumentar estos niveles de reciclaje de latas de aluminio y está preparado para superar con creces los 80 mil millones de latas de bebidas de aluminio que ya recicla anualmente.
Según un estudio de 2022 realizado por Ball, la tasa de reciclaje de latas de aluminio del 90 % en EE. UU. eliminaría 1,3 millones de toneladas de material de vertedero, reduciría las emisiones de CO 2 en 12,1 millones de toneladas métricas y ahorraría el equivalente a más de 90 millones de barriles de petróleo al año. “La creación de una cultura de reciclaje, así como fuertes incentivos e infraestructura adecuada, conduce a ciudades más limpias donde las personas disfrutan de una mejor salud y un sentido compartido de propósito en el cuidado de su medio ambiente”, destaca Steve Fisher, presidente y director ejecutivo de Novelis.
Además, dicho estudio revela además que un aumento del reciclaje de latas de aluminio también tendría importantes beneficios económicos. El estudio de Ball predice que el umbral del 90% aportaría casi 104.000 puestos de trabajo en recolección, clasificación y reprocesamiento a la economía, y generaría 1.600 millones de dólares en actividad económica a través de la venta de materiales. “El aluminio es el material más valioso en un contenedor de reciclaje. Es único porque es un material verdaderamente circular y se puede reutilizar indefinidamente sin degradar su calidad”, dice Fisher quien añade que “las latas de bebidas, en particular, tienen uno de los ciclos de reciclaje más rápidos. Una lata reciclada hoy puede transformarse en una lata nueva y devolverse al estante de una tienda en tan solo 60 días. Novelis tiene la capacidad de reciclar casi todas las latas de bebidas usadas, si podemos conseguirlas”.
A pesar de desafíos como las bajas tasas de reciclaje de los consumidores en los EE. UU. y la falta de una infraestructura de reciclaje consistente, Fisher dice que una combinación de conciencia y acción gubernamental, incluidas las asociaciones público-privadas, puede ayudar a aumentar la accesibilidad e incentivar a más personas a reciclar.
Los gobiernos pueden actuar estableciendo sistemas modernos que incentiven el reciclaje de latas de aluminio. En algunas áreas, estos programas ya han demostrado ser exitosos: las tasas de reciclaje son del 75% en los 10 estados de EE. UU. con un sistema de reembolso de depósitos, en comparación con solo el 35% en los 40 estados que no lo tienen.
La multinacional Novelis continúa aunando esfuerzos tanto en materia de reciclaje como un medio para reducir sus emisiones de carbono. “Nuestro objetivo es reducir nuestra huella de carbono en un 30 % para 2026 y ser neutrales en carbono para 2050 o antes. No podemos hacerlo solos; requerirá un esfuerzo concertado y colectivo en toda la cadena de valor. El impacto podría cambiar las reglas del juego y acercarnos aún más a una economía verdaderamente circular”, concluye Fisher.