Esto tendrá un impacto importante en el mercado y habrá que ver cómo se adaptan los diferentes actores involucrados en estas industrias.
Debido a las sanciones impuestas por los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido en respuesta a la invasión rusa en Ucrania, la Bolsa de Metales de Londres ha tomado la decisión de no aceptar ningún nuevo metal proveniente de Rusia. Esta decisión ya ha generado aumentos significativos en el precio del níquel y aluminio, además de una mayor volatilidad en los mercados. Sin embargo, a largo plazo no se espera que haya cambios significativos en la oferta y demanda de estas materias primas.
Desde el mes de abril del presente año, la entrega de níquel, aluminio y cobre provenientes de Rusia ha sido prohibida en la Bolsa de Metales de Londres (LME) y en la Bolsa Mercantil de Chicago (CME). Además, Estados Unidos ha decidido también restringir las importaciones de estos tres metales provenientes de Rusia. Esta medida ha causado un impacto importante en los mercados de materias primas debido a que Rusia es uno de los principales productores mundiales de níquel, aluminio y cobre, representando alrededor del 6%, 5% y 4% respectivamente.
En cuanto al níquel, Rusia se posiciona como el segundo productor más importante a nivel mundial de níquel refinado clase 1, después de China. Este tipo de níquel es el único que puede ser entregado en la LME (London Metal Exchange).
Según la estratega de materias primas de ING Research, Ewa Manthey, la decisión tomada tendrá un impacto positivo en los precios del níquel en la LME, que son considerados como referencias en contratos a nivel mundial. A pesar de que el níquel se vio afectado por la invasión rusa en Ucrania y la acumulación de posiciones cortas en marzo de 2022, todavía hay riesgo de que los precios alcancen picos elevados. Sin embargo, cabe mencionar que la LME ha establecido límites diarios para evitar un aumento brusco de precios del 12% para cobre y aluminio, y del 15% para el níquel.
La LME (London Metal Exchange) es considerado como un último recurso para la industria de los metales físicos. Aunque la gran mayoría de los metales que se comercian a nivel mundial no son entregados en los almacenes de la LME, algunos contratos establecen que el metal debe tener la posibilidad de ser entregado en dicho lugar.
Según Manthey, esta situación tendrá un impacto en las empresas rusas ya que se verán forzadas a aceptar precios más bajos. Esto también llevará a que los metales de Rusia se vendan con mayores descuentos y seguirán siendo exportados a países que no están sujetos a sanciones, como China, el principal consumidor mundial de aluminio.
Durante el año pasado, las importaciones de China de aluminio proveniente de Rusia alcanzaron niveles más altos y se espera que esta tendencia continúe. Sin embargo, es probable que China siga comprando aluminio ruso con descuento para su uso interno y exporte sus propios productos a Europa y Estados Unidos debido a la prohibición rusa de importaciones. Esta situación ha sido analizada por expertos como la analista de ING.
Hasta hace poco, las sanciones no habían afectado demasiado a la industria de metales rusos. Sin embargo, en diciembre, el Reino Unido tomó medidas prohibiendo a personas y organizaciones británicas hacer negocios con metales físicos de Rusia, como aluminio, níquel y cobre. A pesar de esta prohibición, se hizo una excepción que permitía seguir comerciando estos metales en la LME. Cabe mencionar que el Reino Unido es el único país europeo que ha tomado estas medidas.
La Liga de los Metales y Minerales había planteado anteriormente la posibilidad de prohibir el metal proveniente de Rusia en 2022, pero al final optaron por no hacerlo, basándose en las sanciones impuestas por el gobierno. Por su parte, Canadá anunció que a partir del mes de marzo de 2023 prohibirá la importación de productos rusos hechos con aluminio y acero.
Se ha detectado que una posible causa de preocupación en la Bolsa de Metales Británica es el aumento en compradores europeos que se habrían impuesto medidas de sanciones a sí mismos desde la invasión en Ucrania, lo cual podría llevar a temores de que los almacenes de la LME sean utilizados como un lugar para almacenar metales no deseados provenientes de Rusia. A finales de marzo, se estimó que el níquel ruso representaba un 36% del total almacenado en la bolsa, mientras que el cobre alcanzaba un 62% y el aluminio un 91%. La LME aseguró que estos inventarios ya existentes no serían afectados por las sanciones y podrían seguir siendo entregados, aunque se requeriría pruebas de que dicho metal no viola las medidas impuestas y se revisarían caso por caso antes de aprobar cualquier entrega.