El mandril en una remachadora de latas juega un papel crucial durante el proceso de cierre de las latas. Su función principal es actuar como yunque sobre el que presionan las rulinas al curvar el ala y la pestaña en la formación de los ganchos del cierre. El mandril puede girar sobre su eje vertical o permanecer estático, dependiendo del tipo de remachadora. Sin embargo, siempre se mantiene en un mismo plano horizontal, es decir, nunca se desplaza verticalmente.
Las dimensiones del mandril también influyen en la forma y configuración del cierre. El mandril consta de un eje que sirve de soporte, con un reborde o labio que se ajusta a la tapa por su parte interior. Este labio es de forma ligeramente cónica para acoplarse mejor a la forma de la cubeta y facilitar la expulsión del envase cerrado.
El mandril se construye de acero de utillaje, indeformable, y se trata para que su labio tenga una dureza elevada. En algunos casos, para cerradoras de latas de envase lleno, se fabrican de acero inoxidable. Para aumentar su vida útil, puede tratarse superficialmente con nitruro de titanio o carburo de cromo.