Laminación en Caliente de la Hojalata: Proceso Técnico y Consideraciones
La laminación en caliente es un proceso crucial en la fabricación de la hojalata, material ampliamente utilizado en la industria del envase metálico. Este proceso técnico implica varias etapas y consideraciones específicas para asegurar la calidad del producto final. A continuación, se detallan los aspectos técnicos de la laminación en caliente de la hojalata.
Etapas del Proceso de Laminación en Caliente
Calentamiento: La laminación en caliente inicia con el calentamiento de los slabs o planchones de acero en hornos. Este calentamiento es fundamental para alcanzar la maleabilidad necesaria en el acero, permitiendo su posterior deformación. La temperatura de calentamiento oscila entre 1150 °C y 1250 °C, y es crucial llevar un control estricto de la temperatura y la atmósfera del horno para garantizar la calidad superficial del producto acabado.
Desbaste: En esta fase, se lleva a cabo una reducción preliminar del espesor del acero. Se utiliza un tren de desbaste, que puede reducir el espesor inicial de la plancha entre el 25% y el 50% por caja. La laminación en esta etapa se realiza en fase austenítica, donde tanto el desbaste como el acabado se efectúan a alta temperatura. Sin embargo, esta fase presenta desafíos en términos de productividad y calidad del material.
Acabado: Posteriormente, el material pasa al tren de acabado, que consta de varias cajas que reducen aún más el espesor del acero. Las reducciones sucesivas pueden variar entre un 25% y un 30%, excepto en la última caja, que realiza una reducción aproximada del 10%. La temperatura de acabado es de aproximadamente 800 °C a 900 °C, y es controlada mediante enfriamiento con agua.
Enfriamiento y Bobinado: Después del acabado, el material se enfría hasta alcanzar temperaturas de 500 °C a 700 °C y se procede al bobinado. El objetivo de esta etapa es obtener bobinas de dimensiones determinadas, listas para el siguiente proceso de fabricación.
Consideraciones Técnicas y Desafíos
Consumo Energético: La laminación en caliente requiere una gran cantidad de energía. Sin embargo, se ha desarrollado un proceso de laminación que comienza con un desbastado en fase austenítica y un acabado en fase ferrítica, lo que permite una reducción del consumo energético y una menor tendencia a la formación de cascarilla en el horno de calentamiento.
Calidad del Material: La laminación en caliente en fase ferrítica requiere mayor potencia de los trenes pero presenta ventajas en términos de calidad, como menor formación de cascarilla y menor desgaste de cilindros de trabajo.
Problemas de Ductilidad: Se han identificado problemas de insuficiencia de ductilidad en la chapa laminada en caliente, especialmente en aceros de horno de arco eléctrico que utilizan chatarra de acero como materia prima casi exclusiva. Los elementos residuales contaminantes presentes en la chatarra pueden disminuir la ductilidad del material.
Conclusión
La laminación en caliente es una etapa fundamental en la producción de hojalata, que requiere un control preciso de las condiciones de proceso para asegurar la calidad del producto. Los avances en la tecnología de laminación buscan mejorar la eficiencia energética y la calidad del acero laminado, superando los desafíos asociados a la ductilidad y la formación de cascarilla. La chapa resultante de este proceso es la base para la fabricación de hojalata, que posteriormente se recubrirá con una capa de estaño para su uso en la industria del envase metálico.
0 Comments