EL 45% DE LA CERVEZA QUE SE COMERCIALIZA EN ESPAÑA YA VA EN LATA
Sorprende la gran variedad de latas de cerveza comercial y artesanal que podemos encontrar en las estanterías de cualquier supermercado o gran superficie de nuestro país. La cerveza artesanal está de moda, y el consumidor la demanda cada vez más enlatada. Las razones son bien distintas, no solo por el diseño atractivo y rompedor sino también por sus ventajas a la hora de transportarla y almacenarla en el día a día como de proteger el líquido de la luz.
Pero siempre están los clásicos que se decantan por lo tradicional y surge la típica pregunta: ¿la cerveza en lata sabe a metal?.
Aunque científicamente no hay muchos estudios al respecto, la revista Beverages realizó un experimento al respecto durante el Festival de Ciencia de Edimburgo, donde 151 personas bebieron la misma cerveza. A la mitad se les sirvió de una lata, a la otra mitad de una botella, mostrándoles el envase. Los que bebieron de una botella calificaron mejor la cerveza.
Posteriormente se realizó un nuevo test, se sirvió a 29 de ellos dos vasos, uno desde una botella y otro de una lata, sin decirles cuál era su origen. Las valoraciones en este ‘test ciego’ fueron casi idénticas. El estudio fue contundente y revelador, la preferencia entre una y otra “estaba en la cabeza”.
Hasta hace bien poco, uno de los reproches que sufría la lata era que dejaba un sabor metálico. Todo eso es cosa del pasado. “Las latas llevan una película especial para evitar el contacto del metal con el líquido por lo que no hay transferencia de sabor”, señala Vicky Di Pau, divulgadora de cultura cervecera. Otra de las ventajas es el marketing packaging. “La lata tiene un espacio más amplio para el diseño puesto que prácticamente toda su superficie se puede decorar, ya sea con una pegatina o serigrafiada”, explica Di Pau.
Aunque ambos envases protegen de la luz y el calor “técnicamente siempre es mejor la lata”, explica Di Pau. Al respecto, añade además Román Jove, de cervecera Península, en relación a las ventajas de utilizar envases metálicos en el envasado es que “la lata está cerrada herméticamente y al ser totalmente opaca ofrece protección total frente a la luz. La botella también lo hace, pero no al 100%. Por eso se utilizan botellas marrones o verdes”.
Durante el proceso de embotellado también “se ha mejorado mucho en los últimos años en las líneas de enlatado para que sea igual que en la botella”, comenta Di Pau quien añade además que “ambos envases también preservan la bebida del oxígeno, por eso antes de cerrarlas se elimina para que no estropee la bebida”.
Económicamente es mucho más rentable ya que “se puede mandar el doble de cerveza en la mitad de espacio. Además, son más ligeras (pesan menos de 15 gramos vacías), lo que abarata su transporte. Sin embargo, aunque la botella, sobre todo en formato grande, es “más compartible y tiene mejor presencia en restauración. En la hostelería general queda mucho trabajo que hacer con la lata”, concluye León.
En 2021 “lo raro es no tener lata”, añade León y son pocas las cerveceras artesanas que se resisten a enlatar, sobre todo porque la inversión cada vez es más accesible. Los datos corroboran esta afirmación. El consumo de latas durante el último año creció en dos dígitos, tanto en España como en el resto de Europa. En nuestro país, según Cerveceros de España, el 45% de la cerveza comercializada durante 2020 estaba en una lata, un 11% más que en 2019.