Pasivado de Hojalata: Protección Superficial contra Oxidación y Sulfuración
La hojalata, material ampliamente utilizado en la industria del envase metálico, requiere de un tratamiento superficial conocido como pasivado para aumentar su resistencia a la oxidación y sulfuración. Este proceso es esencial para garantizar la integridad del material y la seguridad del producto envasado, especialmente en el caso de alimentos.
¿Qué es el Pasivado?
El pasivado es un tratamiento que se aplica en la superficie de la hojalata para formar una capa de óxido que protege al acero de procesos corrosivos. Los métodos para lograr esta capa protectora pueden ser químicos o electroquímicos, y están diseñados para otorgar características especiales al material.
Tipos de Soluciones de Pasivado
La clasificación de los tipos de pasivado se realiza mediante un sistema de codificación que indica la solución utilizada, la polaridad en la solución y el nivel de corriente empleado. Por ejemplo:
- Pasivación 300: Se obtiene por un procedimiento químico, mediante inmersión en solución de dicromato sódico, generando una capa de óxido de cromo. Ofrece buena adherencia del barniz y una protección débil contra la sulfuración, aunque es inestable y su efectividad se reduce con el tiempo.
- Pasivación 311: Es la más utilizada y se obtiene por un procedimiento electroquímico. Se deposita electrolíticamente una capa de cromo y óxido de cromo en un baño de dicromato sódico. Esta pasivación es conveniente desde el punto de vista de los rendimientos.
Funciones y Beneficios del Pasivado
El pasivado aporta protección frente a agentes externos que pueden dañar la hojalata durante la fabricación o en operaciones posteriores. Además, mejora la superficie químicamente para procesos de litografiado y barnizado, y aporta una cierta dureza protectora.
Protección contra la Sulfuración
La sulfuración es un fenómeno que puede causar manchas en la hojalata, afectando la apariencia y potencialmente la integridad del envase. El pasivado, especialmente el tipo 311 debido a su composición, evita las manchas de sulfuro de estaño. No obstante, para una protección óptima contra este riesgo, el barniz juega un papel crucial al crear una barrera física y química que protege el producto.
Conclusión
El pasivado es un paso crítico en el acabado superficial de la hojalata, proporcionando una protección esencial contra la oxidación y la sulfuración. La elección del tipo de pasivado depende de las características deseadas y del producto que se va a envasar. Con el pasivado adecuado, la hojalata se convierte en un material aún más confiable y versátil para la industria del envase metálico, protegiendo tanto el contenido como el contenedor de los efectos dañinos del entorno y del tiempo.
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