La ciudad de Vigo es conocida por su larga tradición en la fabricación de conservas, siendo Pay Pay una de las marcas más emblemáticas con 133 años de historia. Aunque en su época llegó a haber hasta 50 fábricas dedicadas a esta industria, actualmente solo quedan dos en funcionamiento: Conservas Cerqueira (Pay Pay) y Válcarcel (marca El Vigilante), ambas fundadas en 1890 y ubicados en el muelle de reparaciones de Bouzas. Estos dos son los últimos representantes de una época dorada en la producción de conservas en la ciudad.
Actualmente, Cerqueira se encuentra entre las 20 principales empresas conserveras en España, produciendo más de 40 millones de latas al año en su planta de Vigo y la nueva fábrica en el parque empresarial de Rianxo. Esta nueva fábrica asumió el trabajo que solían hacer en Ribeira, la cual ya ha cerrado sus puertas.
A pesar de tener su sede en Vigo, el grupo ha decidido enfocarse en el sur de la provincia de Coruña para su crecimiento. Se han invertido alrededor de 30 millones en su fábrica más grande y sostenible, equipada con tecnología avanzada. Además, cuentan con cuatro líneas de producción en esta ciudad.
La compañía cuenta con una plantilla de 170 empleados y tiene una facturación anual de 50 millones de euros. Se dedica a enlatar más de 40 millones de conservas de pescado y marisco bajo marcas como Pay Pay, Pay Pay Oro, Buenos Días y La Ramona. Además, exporta sus productos a los cinco continentes, incluyendo Estados Unidos, Costa Rica, Canadá, Argentina, Francia, Dinamarca, Portugal, Nueva Zelanda y Japón. Cerqueira es la única empresa activa en el sector que pertenece al grupo original de pioneros que fundaron la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas (Anfaco) en Vigo en 1904.
En la ciudad de Vigo, existe otra empresa dedicada a la fabricación de conservas llamada Conservas Válcarcel. Esta se encuentra en el muelle de reparaciones de Bouzas y comercializa sus productos bajo las marcas El Vigilante, Secretos del Mar, Rapaz, Pum, Proa y La Galleguiña.
En la ciudad también hay otras dos empresas que siguen activas pero solo con oficinas y almacén. Son Conservas Antonio Alonso (Palacio de Oriente) y Orbe, las cuales tuvieron que trasladar su producción a las ciudades de Bueu y Ponte Caldelas debido a la falta de posibilidades de crecimiento en Vigo. La más reciente en mudarse fue Albo, quien el año pasado se trasladó de Beiramar a Plisan en Salvaterra para inaugurar una nueva fábrica moderna con capacidad para producir 100 millones de latas de pescado y marisco al año. Hace más de 130 años, la empresa de conservas comenzó a funcionar en Vigo gracias al trabajo artesanal realizado por mujeres.
Por otro lado, la empresa Hijos de Carlos Albo se vio obligada a mudarse de Vigo a la Plisán en Salvaterra debido a que no podían seguir creciendo en Beiramar. En la actualidad, está bajo el control de la compañía china Shanghai Kaichuang. Esta fue una de las últimas empresas conserveras en abandonar Vigo, siguiendo los pasos de Orbe y Conservas Antonio Alonso, quienes también trasladaron su actividad productiva a otras áreas como Ponte Caldelas y Bueu. Esto se debió a las limitadas opciones disponibles en Vigo y al fracaso del proyecto de la «Ciudad del Frío» que se había planeado para construir en Matamá.
En la zona de Tomás Alonso se encuentra la antigua fábrica conservera, conocida por su marca Miau y antes perteneciente a Bernardo Alfageme. Desde hace 13 años, la fábrica se encuentra en desuso debido a que la empresa, que había sido adquirida por un grupo inmobiliario, entró en suspensión de pagos y finalmente quebró.