La industria de conservas de pescados y mariscos se encuentra en una encrucijada histórica. Desde la asociación ANFACO-CECOPESCA, muestran su preocupación ante la incertidumbre derivada de las graves tensiones económicas existentes en el mercado.

Con unos materiales de acero y aluminio, así como una energía en valores históricos ante un invierno largo y frío, una logística estancada en cuellos de botella y cuyas navieras no atisban a normalizar la demanda, o unas materias primas revolucionadas con una progresión impredecible que genera, en ocasiones, vigencias de contrato mínimas en plazos récord, la expectativa es máxima. No hay que olvidar que se trata de un sector esencial y estratégico de la economía española, tal y como quedó patente en los últimos dos años de crisis sanitaria, al asumir el liderazgo en el aprovisionamiento de productos seguros y saludables del mar a la ciudadanía, pero en la actualidad sufre también las consecuencias de los efectos post-pandemia.

Juan M. Vieites, secretario general destaca que “en un momento que se presuponía clave para la recuperación de la economía, incluso para la reindustrialización del tejido productivo, las planificaciones apuntan al desánimo por una falta de previsión certera. Los acuerdos comerciales se tornan más difíciles que nunca, con una continuidad en permanente duda que afecta a la seguridad del flujo de operaciones y que alude, directamente, al término desabastecimiento”.

Los datos hablan por sí solos. El colapso en el transporte por contenedor ha llegado a incluso a elevar un 600% el coste, el fuel y gas natural duplican (+100%) los valores, la energía eléctrica, puede llegar a triplicar (+200%) su precio respecto a 2020. A este panorama, se le suma el aumento en los envases de hojalata y aluminio, marcados por decisiones en China y Estados Unidos, que ya se apuntaban en el mercado de materias primas al 40% en un «rally” inédito.

En España, la industria conservera con casi 15.000 empleados, es responsable de aportar riqueza en zonas costeras dependientes de su actividad, y que actualmente podría verse afectada. Las previsiones son de incertidumbre, ya no sólo en términos económicos sino de tiempos y abastecimiento.

“Las industrias requieren importar materia prima y organizar producciones ‘just in time’ para ser eficientes y competitivas frente a terceros países. Un entorno de roturas de stock, o de falta de medios logísticos por tierra, mar y aire, hace entrever la compleja situación que se vive actualmente en el sector”, añade Vieites.

Para paliar en parte esta situación, ANFACO-CECOPESCA entiende que la Unión Europea debería tomar medidas, inmediatas y coordinadas con impacto internacional, que prevengan una pérdida de industria y empleo difícilmente recuperable, como consecuencia de la frágil situación en el entorno europeo de la conserva española que continuamente demanda un level playing field, al proveer solamente el 50% del consumo de conservas de atún en la UE.

“Debemos alertar que, como primera potencia europea, no podemos permitir perder la generación de valor añadido y empleo, y para lo cual solicitamos la sensibilidad de la Administración para que trabaje en mejorar urgentemente la situación”, concluye Vieites.