El cromo hexavalente se utiliza a nivel mundial para la pasivación de acero para envases. Es decir, es el proceso mediante el cual se controla el crecimiento de óxido de estaño en hojalata. Algunos de estos compuestos se han designado como sustancias preocupantes en la UE. Como resultado, ya se han incluido en la lista de autorizaciones REACH, lo que supone que su uso está sujeto a una revisión por tiempo limitado.

El objetivo final no es otro que el de su eliminación de todos los usos y al mismo tiempo permitir una transición a tecnologías alternativas, en la que se encontraría también el proceso de fabricación de hojalata. Esta tecnología de pasivación se eliminará gradualmente en la UE a medida que se adopten nuevas tecnologías de remplazo.

Una de las alternativas es CFPA (Alternativa de pasivación libre de cromo), un innovador sistema de pasivación de hojalata compatible con el contacto con alimentos que ha estado en producción comercial desde 2019. Está cien por cien libre de cromo hexavalente y ofrece la misma funcionalidad que la pasivación a base de cromo, mucho más sostenible con el medio ambiente.

Otra ventaja es que a través de CFPA, que se aplica sobre el estaño, la capa protectora estabiliza el óxido de estaño de forma similar a la pasivación tradicional del cromo, evitando una mayor oxidación de la superficie y manteniendo el rendimiento del producto.

El uso de CFPA no afectará negativamente la vida útil de los productos envasados ​​en acero, lo que puede mantener la seguridad de los alimentos y conservar los nutrientes por más tiempo que cualquier otro envase.  CFPA está disponible comercialmente y en la actualidad se está sometiendo a pruebas de empaquetado de calificación con fabricantes de latas.