En 2019 se consumieron en todo el mundo 20 millones de toneladas de chatarra de aluminio postconsumo. Cifra récord según ha señalado el reciente informe del Instituto Internacional del Aluminio (IAI). Esta cifra equivale al 60% del consumo total de chatarra (y al 20% del total mundial de producción) y ha permitido ahorrar 300 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero.
El postconsumo es procedente de productos usados que llegan al final de su vida útil y sigue desde 1990 superando los niveles de chatarra de preconsumo.
La chatarra postconsumo procede de tres fuentes principales: envases, vehículos y construcción. En total, el aluminio reciclado representa ya más de un tercio de todo el aluminio producido en el mundo. Pero, las cifras mostradas en el informe reflejan que proviene principalmente de los envases usados.
El estudio señala también que se espera que la demanda mundial de aluminio aumente en un 80% en 2050, debido a la rápida población y economía, y al crecimiento e impulso de soluciones sostenibles para una sociedad baja en carbono. “Esta demanda podría cumplir con un saldo de 50/50 de reciclado y metal primario, basado en tasas de recolección de 2019 para productos al final de su vida útil”.
La directora de Escenarios y Previsiones del IAI, Marlen Bertram, afirma que “con los ambiciosos objetivos de recogida de latas de bebidas usadas y la mejora de las tecnologías de reciclaje del papel de aluminio, esta tasa podría ser incluso mayor. Las cifras históricas indican que las medidas para aumentar la cantidad de productos de aluminio postconsumo que se vuelven a usar en procesos de producción siguen teniendo éxito”.