Indudablemente la pandemia ha afectado toda la cadena de suministros en todos los sectores de la economía mundial. Limitaciones en la producción y en la logística son solo algunos de los problemas que ha ocasionado la crisis sanitaria que inevitablemente, como dicen las conserveras de pescados y mariscos, repercutirá en los precios de las latas al consumidor final. Estamos hablando de que 200 empresas españolas producen conservas de pescado y mariscos y están en 140 países de 5 continentes.
El incremento en los precios finales obedece a una escasez durante el desarrollo de la pandemia y, por lo tanto, encarecimiento de las materias primas que intervienen en el proceso de producción de las conservas. Considerando éstas, el precio final de una de las conservas más consumidas y exportadas, el atún, repercute en un 65% de coste final. Como señaló recientemente Juan Manuel Vieites, secretario general de Anfaco-Cecopesca, la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescados, se consumen y exportan casi 231.100 toneladas de atún por un valor de 884 millones de euros en 2020, y se elabora mayoritariamente con túnidos pescados en los océanos Pacífico, Índico y Atlántico.
Señaló Vieites, durante un evento organizado por el diario gallego La Voz, que el impacto de la crisis del Covid-19 en el sector no ha sido homogéneo. Señaló que golpeó más a las conserveras que trabajan para el canal Horeca debido a los cierres de la hostelería. El mercado del gourmet, indicó, se ha mantenido «más o menos estable» y el detallista «se ha comportado realmente bien porque aumentó el consumo en los hogares».
La crisis sanitaria ha traido también, como consecuencia, la apertura hacia nuevos mercados. “La gente se ha dado cuenta de que China no puede o no debe ser la fábrica del mundo”, por lo cual otros países han vuelto a mirar a Europa, comentó durante el encuentro Iván Alonso-Jáudenes, director general de Conservas Alonso.
Las conserveras españolas exportan más del 60 % de su producción. Como señala el secretario general de Anfaco – Cecopesca, “no podemos competir por mano de obra barata, sino por tecnología, calidad y seguridad alimentaria”.