La reducción de la sal en muchos procesados en lata ha mejorado la salud de los adultos mayores de Sudáfrica. Un estudio publicado en JAMA Cardiology en febrero de 2025 ha confirmado que la legislación obligatoria sobre la reducción de sodio en alimentos procesados, implementada en Sudáfrica desde 2013, ha logrado disminuir significativamente la presión arterial en la población.

Sudáfrica fue pionera en África al regular el contenido de sodio en 13 categorías de alimentos, como pan, cereales, carnes procesadas y sopas. Las normativas exigieron reducciones de entre un 20 % y un 70 % para 2016, y ajustes adicionales para 2019.

La investigación, liderada por las universidades de Wits y Harvard, analizó a más de 5.000 adultos mayores en zonas rurales. En siete años, los participantes redujeron su ingesta de sodio en un 10 %, y el número de personas que alcanzó un consumo ideal aumentó del 7 % al 17 %. Cada gramo menos de sodio se asoció con una baja en la presión arterial.

Los autores destacan que la regulación obligatoria es más eficaz que las iniciativas voluntarias, como las aplicadas en Australia, que, si bien lograron reducciones en sodio y azúcar, no mantuvieron el mismo impacto sostenido.

Según los investigadores, mantener esta reducción en el consumo de sodio puede contribuir a prevenir enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y otros problemas de salud asociados con la hipertensión.