Alemania es uno de los mayores fabricantes de tapón corona, cada año genera más de 22 mil millones. Su éxito depende principalmente de la calidad de estos productos, ya que tienen que sellar las botellas y evitar que los fluidos carbonatados se escapen.


El tapón corona emplea un sello elastomérico para formar la parte interior con un gránulo y también se le aplica adhesivo. La combinación de estas materias se activan a unos 150°C y apretándola de manera rápida, pudiendo contar en promedio 83 veces por segundo.


Además de la rapidez, para conseguir un buen resultado en el sello de elastómero termoplástico es importante tomar la temperatura correcta. Por tal motivo, se recurre a la ayuda de los sensores para generar mediciones sin contacto y así controlar que los corchos estén a su temperatura deseada en la línea de producción.
Para los primeros experimentos se usó un sensor óptico con un tiempo de respuesta de 1 milisegundo, el cual permitía notar 12 mediciones de temperatura en la zona del tapón corona. Una vez que se chequeó el diagrama temperatura-tiempo decidieron optar por un mejor registro detallado de la distribución, motivo por el cual decidieron adquirir un nuevo tipo de sensor que resultaba más rápido y así ofrecer mayor detalle temporal a la hora de medir.


La última tecnología en el campo de la producción industrial se ha usado para crear un dispositivo que puede detectar temperatura en un lapso de 90 microsegundos. Esto significa que es capaz de tomar 1.600 mediciones y con ello garantizar un proceso de calentamiento constante del tapón a la más alta velocidad, garantizando así un mejor resultado al momento de sellar lo mismo.


El sensor Optris está equipado con un detector compuesto por arseniuro de indio y antimonio que permite la medición de temperaturas bajas desde 0°C en solo 90 µs. Esta combinación permite un rango de medición preciso.