La IA ha decidido que este será el abrelatas del futuro. Al menos así se lo ha imaginado. A no ser que tenga uno que abrir latas en plan industrial, pongamos por caso, 200 latas en media hora, es posible que carezca de sentido tener en la cocina de casa este artefacto, algo mamotétrico y amenazador. Bien parece el brazo de un robot que un utensilio de cocina. La Inteligencia Artifcial también nos informa que estará fabricado con materiales tales como las aleaciones de grafeno y los polímeros reciclables. Estos materiales no solo serían livianos y resistentes, sino también sostenibles.


Supuestamente, el cacharro sería capaz de detectar automáticamente el tipo de lata y ajustar su funcionamiento para realizar cortes precisos sin esfuerzo manual. Es lo menos que se puede pedir a semejante trasto. De otra forma no resulta rentable la inversión en espacio y dinero de la maquinita. Otra innovación destacada sería el uso de sistemas láser, eliminando por completo el contacto físico con las latas, lo que los haría más seguros e higiénicos.


La IA afirma que el diseño también contemplaría la integración con electrodomésticos inteligentes, permitiendo que este abrelatas se convierta en parte de un ecosistema conectado dentro de la cocina. Nada que objetar, siempre y cuando esa presupuesta inteligencia no colapse. Imaginad la subversión del abrelatas dónde podría acabar. Si ese día decide que no comes, te apaga la vitro, te abre una lata de judías verdes y ¡A dieta!.