¿ES SEGURO DEJAR UNA LATA ABIERTA EN LA NEVERA?
Es un gesto habitual en miles de hogares de todo el mundo. Abrimos una lata y si sobra comida la guardamos en el frigorífico cubriéndola con una envoltura de plástico para usarla más adelante. Es lo más cómodo, rápido y fácil, pero este simple y habitual gesto de nuestro día a día podría acarrearnos algún que otro problema. Realmente, ¿corremos algún riesgo?.
Las latas que se usan para almacenar alimentos y bebidas son envases metálicos hechos, sobre todo, de aluminio y acero laminado resistente a la oxidación. Por eso guardarlos en la despensa durante meses, siempre que estén alejadas del calor y la luz solar, es seguro. Pero cuando abrimos una lata y no nos acabamos todo el contenido, el recipiente metálico ya pierde el vacío y la capacidad esterilizadora. Ojo, pueden surgir algunos riesgos que es mejor evitar como es el crecimiento de bacterias, hongos e incluso de Clostridium botulinum, toxinas que causan botulismo-.
Por eso no es aconsejable dejar el alimento en el interior de la lata una vez abierto el envase. Una vez que se abre la lata, es recomendable vaciar el producto que queda en un recipiente limpio de plástico, preferiblemente de vidrio, taparlo bien e introducir en la nevera. Hacerlo de esta manera también evitará que se produzcan cambios organolépticos, como el típico sabor a metálico u oxidación.
Por ejemplo, una salsa de tomate, puede reaccionar con el borde metálico de una lata abierta y filtrarse a la comida, dándole un sabor metálico. Esto tiende a pasar sobre todo con alimentos más ácidos, como el tomate y la piña. También, la combinación de acidez y oxígeno crea una reacción que recubre la lata con un material gris-negro, que puede desprenderse a la comida. Esto, aunque desagradable, no siempre es peligroso. Se trata de un proceso de oxidación que tan solo afecta al aspecto estético.
Además, los alimentos pueden secarse y absorber otros sabores ya que la tapa del envase metálico no lo protege totalmente y el alimento sigue expuesto al aire ya que no queda bien sellado. Además, otro factor, Si hay jugos, como una lata de escabeche, puede caer en la estantería de la nevera, generándose así un problema de contaminación con microorganismos a otros alimentos.
Una vez abierto, los alimentos enlatados se pueden almacenar, en otro envase, en la nevera durante tres o cuatro días como máximo. Es recomendable además conservarlos con su caldo o líquido original, ya que en muchas ocasiones lo tiramos por el fregadero, pero es preferible incluirlo en el envase que metamos en la nevera para obtener una óptima conservación.