El bisfenol A, un compuesto químico utilizado en la producción de plásticos, ha sido objeto de preocupación por su posible impacto negativo en la salud humana. Estudios científicos recientes han demostrado que este compuesto puede afectar el sistema endocrino y causar problemas como obesidad, diabetes y cáncer. Por esta razón, diversos países han tomado medidas para limitar o prohibir su uso en productos destinados al consumo humano. Recientemente, se anunció que el bisfenol A ya está prohibido en biberones debido a los riesgos potenciales para la salud infantil. Esta medida es una importante victoria para la seguridad alimentaria y un paso hacia adelante en la protección del público contra sustancias tóxicas como el bisfenol A.


La Unión Europea (UE) prohibió desde el 1 de marzo de 2011 la fabricación de biberones que contengan BPA y desde el 1 de junio de 2011 la importación y comercialización de los mismos. Así que sí, el bisfenol A ya está prohibido para biberones en la UE desde hace más de una década.


Esta sustancia se emplea a menudo en envases, botellas y productos cosméticos, así como también en recibos. Por su parte, la EFSA evalúa si aquello que entra en contacto con los alimentos es nocivo. El bisfenol se utiliza para prolongar la vida útil de los alimentos y evitar que adquieran un sabor a metal. La exposición dietética al bisfenol A (BPA) es un problema para saludar a los consumidores de todos los grupos de edad». Esta es la conclusión de los expertos científicos de la EFSA en su nueva evaluación.
Los científicos han advertido sobre los riesgos para el sistema inmune que pueden conllevar el consumo de esta determinada sustancia, aunque sea en pequeñas cantidades. Esto podría desencadenar una serie de trastornos autoinmunes como la producción de alergias.


El BPA es un producto químico utilizado en combinación con otros productos químicos para la producción de algunos plásticos y resinas. Se utiliza, por ejemplo, en plástico de policarbonato, un tipo de plástico transparente y rígido utilizado para producir dispensadores de agua, recipientes de alimentos y botellas de bebidas recargables.
También se utiliza para producir resinas protectoras que se encuentran en los revestimientos internos de latas y latas de alimentos y bebidas. Pero también se encuentra en recipientes cosméticos, tapas metálicas para frascos y botellas de vidrio. En este caso, la exposición se produce a través de la ingestión de alimentos o bebidas que están inevitablemente en contacto con ese recipiente.


El bifenol puede absorberse a través de la piel cuando entra en contacto con un objeto que contenga este químico. Esto es posible debido al policarbonato, material resistente y moldeable a altas temperaturas. Debido a su amplia difusión se encuentra en numerosos objetos comunes, desde juguetes hasta botellas de agua y CD’s; incluso otros productos como los recibos de tiendas, tickets de transporte o tickets de aparcamiento están también impregnados por el citado compuesto.


La razón por la que existe tanta discrepancia entre las agencias europeas, es una en particular: la disputa sobre la cantidad segura permitida de BPA para los humanos. Mientras que la Agencia Europea de Medicamentos incluye distintos métodos para estudiar el nivel de exposición al mencionado químico, la EFSA lo ha demostrado ser más exigente con la reducción del mismo. Por su parte, ambas instancias firmaron un documento conjunto donde destaca cómo trabajan y perciben los resultados relacionados a este asunto, mostrando así sus diferentes interpretaciones y conclusiones.