Consumidores más conscientes de la huella medioambiental.

INFORME GLOBAL DE COMPRAS ECOLÓGICAS 2021 DE TRIVIUM PACKAGING

 

 

El actual consumidor tiene una mayor conciencia de la huella medioambiental.  Los envases sostenibles son su prioridad. Así lo revela un estudio realizado el pasado año por Shorr Packaging, el cual señaló que dos tercios de los compradores que han realizado cambios en sus comportamientos de compra durante la pandemia están prestando más atención al empaque, siendo “probable” o “muy probable” que seleccionaran productos en envases reciclables o reutilizables.

Un artículo de Lauren Manning para Food Dive señala que sobre todo son los más jóvenes los que prestan atención a los productos sostenibles, pero los pertenecientes a la llamada Generación Z no se quedan atrás. Están dispuestos a gastar más en este tipo de productos. Y las marcas lo saben. Por ello invierten en sus procesos y en su responsabilidad medioambiental para ofrecer productos y envases que cuiden el planeta. Unas marcas, como Nestlé, invierten en alternativas ecológicas y otros, como los fabricantes, están probando envases que utilizan alimentos reciclados, materiales reciclados y que cambian el plástico por papel u otras opciones aparentemente más sostenibles.

Según el Informe global de compras ecológicas 2021 de Trivium Packaging, fabricante de envases metálicos, y en base a un estudio realizado, los consumidores (63%) relacionan el plástico con la contaminación del océano. Evidentemente, algo está cambiando y, por ello, marcas como Danone y Mondelez y fabricantes de alimentos congelados, se han adherido al Compromiso Global de la Fundación Ellen MacArthur para eliminar la contaminación plástica. Este esfuerzo tiene como objetivo lograr envases de plástico 100% reutilizables, reciclables o compostables para 2025.

Quedan pocos años, aunque parezcan muchos porque significa el cambio de procesos en las empresas y costos que se generan. Por ejemplo, según señala dicho artículo, cambiar a embalajes sostenibles puede costarle a una empresa un 25% más de lo que le cuesta un embalaje tradicional. Y, además de esto, habrá que preguntarse si los consumidores están dispuestos a pagar más por este tipo de embalajes, y así cubrir esos costos adicionales en los que incurrirían las empresas.

Y, para finalizar, este informe resalta la necesidad de crear no solo mensajes claros relacionados con la sostenibilidad en los productos sino también queda por continuar el trabajo de educar e informar al consumidor sobre los beneficios de la reciclabilidad