¿Cómo debemos manipular un aerosol para no correr ningún riesgo?

 

Desde hace décadas, el uso de los aerosoles se encuentra muy extendido en nuestros hogares. Estos productos suelen ser efectivos y seguros si se utilizan de manera adecuada. Sin embargo, pueden presentar riesgos reales para el hogar si se usan incorrectamente y podrían ocasionar algún accidente doméstico, por lo que su manipulación debe tomarse en serio.

Un buen ejemplo lo encontramos en los insecticidas en  aerosol con válvula de descarga total (nebulizadores), también conocidos como “bug bombs” (bombas para insectos). Son pesticidas que contienen propulsores que liberan todo su contenido de una vez para fumigar una zona.

Cuando un envase de aerosol que contiene un gas a temperatura ambiente experimenta un cambio agresivo de temperatura, buscará manera de expandirse o salir de una forma violenta, generando por ende una explosión.

El uso inadecuado de estos productos en aerosol tipo nebulizadores puede ocasionar un incendio o una explosión, ya que los propulsores generalmente son inflamables. Además de este riesgo, existe riesgo de enfermedad si no se abandona el lugar durante la descarga o se ingresa posteriormente sin ventilar el sitio.

 

No utilice más insecticidas en aerosol de lo necesario

Los accidentes por uso de insecticida en aerosol con válvula de descarga total (tipo nebulizador) se suelen producir en casos donde el usuario suelta demasiada bruma, ocasionando así la acumulación de vapores inflamables. Los aerosoles vienen en distintos tamaños. Antes de su utilización es recomendable leer la etiqueta con atención para un correcto uso adecuado al espacio donde se va a emplear.

Los insecticidas en aerosol no deben aplicarse en lugares pequeños y cerrados, como vestidores, gabinetes o debajo de mesadas o mesas. El uso de un insecticida en aerosol en un espacio sin ventilación puede ocasionar que el producto explote y producir lesiones en las personas o daños a la propiedad.

Lejos de fuentes de ignición

Es más probable que ocurran accidentes si grandes cantidades del insecticida en aerosol (nebulizador) toman contacto directo con una fuente de ignición, tales como una llama, una luz piloto o una chispa de un aparato eléctrico que efectúe un ciclo de encendido y apagado (por ejemplo, un refrigerador o un aire acondicionado).

 La Agencia de Protección Ambiental recomienda ubicar el insecticida en aerosol a una distancia de tres metros o más de cualquier fuente de ignición. Respirar el vapor del aerosol puede ser nocivo. El uso seguro de estos productos requiere que todas las personas y mascotas abandonen el lugar a tratar y cierren las puertas luego de descargar el insecticida en aerosol. Habrá que esperar entre dos y cuatro horas para volver, hay riesgo ya que puede provocar enfermedades.

 

Ventila la zona

Cuando haya regresado a la zona tratada, abra las puertas y ventanas para ventilar los gases que hayan quedado. Colocar ventiladores en las puertas podría ayudar a ventilar la zona y sacar los gases.

Si lo guardas en posición horizontal las partículas internas alcanzarán la válvula, obstaculizando el paso del producto. Por eso es importante guardarlo en posición vertical. No olvides que siempre debes agitar el producto antes de utilizarlo para obtener mejores resultados. Cabe destacar que cuando se agita y posteriormente se presiona la válvula, el contenido pasa del estado líquido a gaseoso.

De esa forma se crea una presión que será expulsada de forma rápida con tan sólo un impulso del dedo. Si no agitas el producto, sólo obtendrás un simple gas que no te permitirá gozar de los beneficios de lo adquirido.

 

Evita posibles daños

Si por error llegas a rociar el contenido del recipiente adquirido en tu rostro u otra parte de tu cuerpo que se vea afectada, es vital que asistas de inmediato a un centro médico. No lo dejes para luego.

Hazlo lo más pronto posible, debido a que será el especialista quien determinará la gravedad del asunto y te suministrará un tratamiento para el padecimiento. Evita terminantemente la automedicación.