Hoy todo se puede registrar… o casi todo. Al menos así lo pensaba Ardagh Metal Beverage Holdings -fabricante alemán de latas de metal que se utilizan en una variedad de bebidas, incluida la cerveza y el vino- quien quería registrar como marca sonora el sonido que emiten las latas de sus bebidas al ser abiertas. El Tribunal General de la Unión Europea dijo “no”.
Abrir una lata de bebida y después de un silencio, el burbujeo. Esta empresa quería registrarlo ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO). Un archivo sonoro de nueve segundos era su petición.
«La apertura de una lata o de una botella es intrínseca a una solución técnica vinculada a la manipulación de bebidas para consumirlas, por lo que ese sonido no es percibido como una indicación del origen comercial de dichos productos». Esta fue parte de su sentencia ya que además señala que no es un sonido o característica distintiva de Ardagh: “no poseen ninguna característica intrínseca que permita que los consumidores lo reconozcan y perciban como una indicación del origen comercial de los productos que han adquirido”.
Según comunicado de prensa del Tribunal General de la Unión Europea, se rebate la afirmación de la EUIPO según la cual es inusual indicar el origen comercial de los productos en los mercados de las bebidas y de los envases de estas únicamente mediante sonidos, ya que dichos productos son silenciosos hasta su consumo. En efecto, el Tribunal General señala que la mayor parte de los productos guardan silencio en sí mismos y solo producen un sonido en el momento de su consumo. Así, el mero hecho de que un sonido solo pueda escucharse cuando se consume un producto no significa que el uso de sonidos para indicar el origen comercial de un producto en un mercado determinado sea aún inusual.
La empresa ahora puede apelar ante el Corte Europea de Justicia.
Desde hace años los avances tecnológicos y la digitalización ha abierto un abanico de posibilidades. Así, hoy podemos registrar como marcas distintivas las tridimensionales, las multimedia, los hologramas…y los sonoros. Así lo hicieron marcas famosas. La melodía del procesador Intel Pentium, la de Nokia, la de Iphone o el rugido del león de MGM.
También tenemos el caso del Fútbol Club Barcelona registrando el sonido de la palabra “BARÇA” emitido por una voz masculina.
El fabricante de motocicletas Harley Davidson no logró en 1990 que el rugido de sus motores fuera registrado como una marca sonora.
A toda marca que quiere registrarse como única, la ley les exige que cumplan esa función inherente a toda marca: deben tener capacidad distintiva. Y, el sonido de apertura de una lata de bebida y su posterior burbujeo… no lo es de una marca en especial.