Aunque parece una medida práctica para ahorrar espacio, aplastar las latas de aluminio antes de desecharlas puede interferir con el reciclaje eficiente, según advierten expertos en gestión de residuos. Esta práctica, común en muchos hogares, podría dificultar la correcta recuperación del material en las plantas de tratamiento.

Según la Aluminum Association, la organización estadounidense que reúne a productores y recicladores de aluminio ha asegurado que las latas deformadas pueden confundir los sistemas automáticos de clasificación de residuos. Como resultado, muchas veces no se reconocen como metal y son clasificadas erróneamente junto con otros materiales, como el papel, lo que impide que sean recicladas adecuadamente.

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El problema radica en que las máquinas diseñadas para separar metales funcionan mejor con latas en su forma original. Cuando estas llegan aplastadas, los sensores automáticos pueden no identificarlas correctamente, reduciendo así la cantidad de aluminio que se recupera para su reutilización.

Matt Meenan, director de asuntos públicos de la Aluminum Association, señaló a Popular Science que esta práctica puede provocar pérdidas considerables en el reciclaje: “Las latas aplastadas confunden a los sensores automáticos y disminuyen las tasas de recuperación del material”, explicó.