Ball Beverage Packaging South America (BPSA) ha obtenido la certificación ASI Performance and Chain of Custody Standard para la fabricación de cuerpos de latas y extremos de lata en 15 instalaciones en cuatro países, convirtiéndose en el primer fabricante de latas en la región de América del Sur en lograr la certificación ASI dual para la producción, el abastecimiento y la administración responsable del aluminio.

En concreto ha logrado la certificación de todas sus instalaciones de fabricación en Argentina, Brasil, Chile y Paraguay que producen cuerpos y /o extremos de latas de bebidas, lo que eleva el número total de instalaciones con doble certificación de Ball Corporation a 38 en todo el mundo. Precisamente, Ball Corporation logró previamente la doble certificación en 23 de sus instalaciones en Oriente Medio, Europa y África en 2020.

Fiona Solomon, directora ejecutiva de ASI destaca que “ASI felicita calurosamente a Ball BPSA por lograr las Certificaciones de Estándares de Desempeño y Cadena de Custodia en estas instalaciones de producción en Sudamérica. Sus metas e iniciativas sociales globales y regionales para 2030 incluyen el equilibrio de género de los empleados y los objetivos de diversidad étnica, la inclusión y la capacitación contra los prejuicios, y el enfoque de políticas en la protección contra la discriminación y el acoso”.

Carlos Pires, presidente de Ball Beverage Packaging añade que “ser la primera empresa en Sudamérica en el sector de los empaques de aluminio en lograr las certificaciones de Performance y Chain of Custody Standard demuestra que estamos en el camino correcto hacia la sustentabilidad de nuestros productos. La lata de aluminio ya es un gran caso de circularidad real en todo el mundo, ya que la tasa de reciclaje es del 69%, incluso más en Brasil, donde se recicla el 97% de todas las latas. Llevamos muchos años trabajando y ahora con la obtención de la certificación ASI, vemos el resultado de este intenso viaje siendo reconocido y certificado”.

El programa de certificación ASI, establece 59 criterios bajo los pilares de sostenibilidad, de gobernanza, medio ambiente y social, que abordan cuestiones clave como la biodiversidad, los derechos de los pueblos indígenas así como las emisiones de gases de efecto invernadero.