Las tapas twist-off están fabricadas principalmente con hojalata, que es una lámina delgada de acero recubierta de estaño.
Además, utilizan «elementos sellantes» en el cierre elaborados a partir de resinas de policloruro de vinilo (PVC) para garantizar un sellado hermético y mantener la frescura y calidad del contenido envasado.
Estas tapas son comunes en frascos de vidrio o plástico destinados al envasado de alimentos como mermeladas, mayonesas, salsas, entre otros productos.