Las bodegas tradicionales argentinas se rinden a los encantos del vino en lata

Las bodegas tradicionales de Argentina apuestan cada vez más por los envases de aluminio, muchas han comprobado que es importante nicho de negocio en constante crecimiento. La tendencia actual es clara, cada vez más bodegas tradicionales apuestan por incluir en sus portfolios, productos envasados en envases metálicos, relacionados hasta ahora con otro tipo de productos.

El palpable incremento del consumo de vino en lata es ya una realidad para bodegueros y grandes superficies. Los números que proporcionó el Instituto Nacional de Vitivinicultura respecto de su crecimiento así lo confirman. En 2021 hubo un incremento de un 77%, siendo la lata, dentro de la categoría envases, la de mayor crecimiento. En ventas, las cifras también fueron impactantes: en tan solo un año se llegaron a vender 2.539.000 litros.

También las bodegas nacionales que dedican una zona de su producción a este tipo de presentación, que invita no solo a una ocasión de consumo determinada sino que también apunta mayormente a un target específico, el público joven, también van en aumento en la Argentina: alrededor de una veintena de establecimientos se dedican a envasar vinos en latas.

En muchos casos, las bodegas más tradicionales también han decidido lanzarse a esta nueva propuesta del mercado. Como Cruz de Piedra, hoy perteneciente al Grupo Avinea y con medio siglo de existencia desde que su creador, Sigfrido Alonso, pusiera un pie en Maipú, Mendoza, en 1973.

Otro claro ejemplo lo encontramos en Mandala State of Wine, una de las líneas de la bodega enfocadas al consumo joven, se despliega en vinos frescos, ideales para beber fríos y en situaciones informales. La estética elegante de los envases, la baja graduación alcohólica de cada uno de los vinos (11,8% el Rosé, 10% el Sweet), el rápido enfriado y la impronta canchera y práctica suman atractivos suficientes.