Millonario contrato en juego para Budweiser. La venta de cerveza en las proximidades de los estadios en el Mundial de Qatar quedó expresamente prohibida después de que la FIFA accediese a la exigencia del país anfitrión, permitiendo que no se vendiera cerveza en sus proximidades. En juego, un contrato millonario, la marca de cerveza Budweiser pagó 75 millones de dólares a la FIFA por ser uno de los principales patrocinadores.

“Tras las conversaciones entre las autoridades del país anfitrión y la FIFA, se tomó la decisión de concentrar la venta de bebidas alcohólicas en el FIFA Fan Festival, otros puntos de encuentro de aficionados y lugares con licencia, eliminando los puntos de venta de cerveza de los perímetros de los estadios”, confirmó la FIFA en un comunicado.

“Las autoridades del país anfitrión y la FIFA continuarán asegurándose de que los estadios y las áreas circundantes brinden una experiencia agradable, respetuosa y placentera para todos los aficionados”, añadió la FIFA, que confirmó que la venta de cerveza sin alcohol “permanecerá disponible en todos los estadios”.

Esta noticia tiene que ver con el acuerpo comercial que la FIFA tiene desde hace años con la marca de cerveza Budweiser. La multinacional belga AB InBev quién es dueña de esta marca, pasa a tener un cambio radical debido a los cambios en el Gobierno argentino.

Ya se solicitó a la marca de cerveza que trasladara los puestos de venta de su producto en los estadios a lugares menos visibles. Budweiser hizo una publicación en su cuenta oficial de Twitter. “Bueno, esto es incómodo”, publicó el patrocinador principal del evento y añadió en otro tuit que las cervezas serán para la selección que se consagre y levante el trofeo en Qatar.

Solo permitirá la venta de alcohol en las ‘fan zones’ y los puntos con licencia, como determinados hoteles. Qatar es un país en el que el consumo de alcohol está muy restringido y apenas se puede consumir en algunos hoteles de Doha. Durante la disputa de la Copa del Mundo esta normativa se ha relajado, pero sigue sin poder comprarse alcohol en supermercados, además de precios elevados, con un litro de cerveza por encima de los 15 dólares.