La FDA no ha establecido límites de benceno para cosméticos como el champú seco, aunque sí establece que los productos no deben contener ninguna sustancia venenosa o nociva. Por este motivo, Unilever retiró sus famosos champús secos en aerosol, incluido la marca Dove, después de descubrir que estaban contaminadas con benceno, un químico que puede causar cáncer.

Asimismo, la retirada también afecta a marcas como Nexxus, Suave, Tresemmé y Tigi, que fabrica los champús secos Rockaholic y Bed Head, según un aviso publicado el pasado viernes en el sitio web de la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA). No obstante, el retiro de Unilever afecta a productos fabricados antes de octubre de 2021. La medida, una vez más, plantea dudas sobre la seguridad de los aerosoles en los productos de cuidado personal.

Esta no es la primera vez que el champú seco en aerosol se identifica como un problema. P&G probó toda su cartera de productos igual y se retractaron, para arrasar los champús de Pantene y Herbal Essences en diciembre, citando contaminación con benceno.

«Dado lo que hemos visto, lamentablemente tiene sentido que otras categorías de productos de consumo, como los champús secos en aerosol, puedan verse muy afectados por la contaminación con benceno y estamos investigando activamente esta área”, dijo David Light, director ejecutivo de Valisure.

El problema con los aerosoles parece provenir en gran medida de los propulsores utilizados para rociar los productos de cuidado personal de las latas. Unilever dijo que este fue el caso con su retiro del champú seco. La compañía no dio a conocer la cantidad de benceno que se encuentra en los productos, aunque dijo que los estaba retirando del mercado por precaución. La FDA dijo que “no se esperaría que la exposición diaria al benceno en los productos retirados a los niveles detectados en las pruebas causara consecuencias adversas para la salud”. Sin embargo, la agencia también dijo que la exposición al benceno puede provocar leucemia y otros tipos de cáncer de la sangre.

El benceno es un contaminante conocido de los productos derivados del petróleo. La FDA ha confirmado que los propulsores son una fuente potencial de contaminación por benceno.