Lo que comenzó como un hobby hace décadas ha terminado conviertiendose en un movimiento solidario y altruista en los EEUU. A sus 65 años, Gerald Schied, lleva casi toda su vida coleccionando latas de aluminio. Este veterano coleccionista de Dakota del Sur ha pasado todo un mes transportando latas de aluminio a una planta de reciclaje con el fin de recaudar fondos para la Fundación internacional Make-A-Wish.

Con la primera donación de latas, Schied consiguió un cheque de 65. 000 dólaresa a la que hay que sumar otro segundo cheque por valor de 40.000 dólares por su última colección. Para facilitar su proceso de recolección, Schied construyó su propia trituradora de latas. Luego, las latas trituradas se fueron almacenando en grandes contenedores que él llamó ‘totes’. Cada bolsa puede contener alrededor de 9.000 latas, afirma Shied.

Para Schied, casi se convierte en un segundo trabajo. «Me enviaron 131 totes a mi casa y los apilé uno encima del otro en dos capas», detalla Schied. Además de sus propias donaciones, Schied añade que muchas personas se han volcado en el proyecto y le están ayudando recolectando y donando latas para seguir recaudando fondos.

La Fundación Make-A-Wish es una organización sin ánimo de lucro fundada en 1980 de los Estados Unidos, que concede deseos a los niños y adolescentes entre los 3 y 18 años que tienen condiciones médicas que amenazan la vida.

Dicha fundación se ha convertido en la mayor organización que concede deseos en el mundo y se encuentra en más de 36 países de los cinco continentes. La Fundación Make-A-Wish de América concede los deseos de los niños en los Estados Unidos, Guam y Puerto Rico a través de sus 65 sedes, mientras que Make-A-Wish Foundation Internacional atiende a niños fuera de los Estados Unidos. Con la ayuda de generosos donantes y más de 30.000 voluntarios, la Fundación Make-A-Wish ha otorgado más de 250.000 deseos en todo el mundo desde su creación.