La decisión del nuevo gobierno del Reino Unido de adelantar los planes del programa de Devolución de Depósitos (DRS) a nivel nacional impulsará el sector de gestión de residuos del país y también acelerará la transición hacia una economía circular de bajo desperdicio, según ISB Global, el proveedor con sede en el Reino Unido de software de planificación para operadores de gestión de residuos en todo el mundo.


En una declaración a principios de mes, la ministra de Naturaleza, Mary Creagh, cuyas responsabilidades incluyen la economía circular, confirmó que el nuevo gobierno laborista planea implementar un esquema de devolución de depósitos (DRS) en todo el Reino Unido para botellas de PET (tereftalato de polietileno) y latas de bebidas de acero y aluminio, adelantándose a la fecha propuesta originalmente por el gobierno conservador anterior en marzo, que era octubre de 2027.


Los planes para un esquema de devolución de depósitos, similar a los que ya se usan en países de toda Europa y más allá, fueron anunciados originalmente en 2018 y luego incorporados en la Ley de Medio Ambiente de 2021 del gobierno de ese entonces.


Sin embargo, el esquema ha sido retrasado varias veces, la más reciente en abril de este año debido a las complejidades de armonizar la política entre las administraciones descentralizadas de Irlanda del Norte, Escocia y Gales con Inglaterra.
Comentando sobre la decisión, Matt Gawn, oficial de Inteligencia de Mercado de ISB Global, aseguró que la DRS ya hace tiempo que se debería haber implementado en el Reino Unido. Los esquemas de reciclaje basados en depósitos han estado operando eficazmente en otros países europeos y en otros lugares durante más de 20 años, y sus beneficios son claros. En algunos casos, estos esquemas han logrado tasas de reciclaje del 90% o más. Además, asegura que «al agregar un valor financiero a los artículos reciclables, un esquema de depósitos incentiva a las personas a cambiar su comportamiento y, con suerte, a ser más responsables al desechar sus envases de plástico y metal usados. En resumen, si no reciclan, pierden dinero. Esto podría motivar a las personas a pensar más en general sobre lo que todos tiramos y cuánto tiramos, incluyendo cuántos artículos enviamos a los vertederos y el efecto dañino que este desperdicio tiene en la salud de nuestro medio ambiente».


La confirmación del gobierno significa que las empresas involucradas en la cadena de valor – fabricantes, minoristas y operadores de gestión de residuos – ahora pueden comprometerse adecuadamente con la planificación e inversión en la infraestructura física y los sistemas de TI necesarios para respaldar un esquema de depósitos, desde puntos de recolección en tiendas hasta pagos a los consumidores.


Estas mismas empresas también necesitan implementar o expandir las tecnologías y procesos subyacentes existentes que planifiquen, registren, rastreen y redistribuyan de manera eficiente y automática los materiales recolectados a través del esquema para su eventual reciclaje y reutilización secundaria.