El presidente electo Donald Trump planea utilizar una orden ejecutiva para imponer un arancel del 25% a las importaciones de Canadá y México en su primer día en el cargo. Las amenazas incluyen un arancel adicional del 10% a los productos procedentes de China. Los anuncios responden a las promesas electorales de Trump. Los aranceles agresivos tienen como objetivo atraer a las empresas a establecer centros de producción en los EE. UU. Biden finalizó en septiembre los aumentos de aranceles sobre algunos productos fabricados en China.
Trump dijo continuamente en su campaña electoral que aumentaría los aranceles sobre los productos fabricados en China hasta el 60%, además de implementar un arancel de hasta el 20% sobre las importaciones en general.
Todo apunta a una guerra comercial, similar a la que se produjo durante la primera presidencia del político republicano, cuando el presidente impuso aranceles a productos de varios países, incluidos Canadá, México y China.
También está en juego el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) cuando Trump vuelva a asumir el cargo. El acuerdo comercial de 2018 puso fin a las tensiones entre los países norteamericanos, pero se revisará en 2026.
Los aranceles aumentarán la inflación y costarán a los compradores estadounidenses hasta 78 mil millones de dólares en poder adquisitivo cada año, según la Federación Nacional de Minoristas. Los aumentos de aranceles también serían «devastadores» para los fabricantes que importan componentes extranjeros, según Sanjay Patnaik, investigador principal de la Brookings Institution.
Este gravamen puede empujar a las empresas a crear cadenas de suministro independientes para exportar a Estados Unidos, según ha asegurado Mary Lovely, investigadora principal del Instituto Peterson de Economía Internacional.