La futura Ley de Economía Circular de la Unión Europea se perfila como una de las grandes herramientas regulatorias para fortalecer la transición hacia sistemas productivos más eficientes y sostenibles. Según Steel for Packaging Europe (SfPE), el texto normativo debe servir para asegurar el acceso a materias primas secundarias dentro del continente, reducir la dependencia de importaciones y garantizar la resiliencia industrial mediante ciclos cerrados de recursos. La asociación ha publicado un documento de posición en el que identifica prioridades clave y recomendaciones dirigidas a la Comisión Europea, actualmente en fase de preparación del borrador legislativo.

El sector subraya que los actuales sistemas de responsabilidad ampliada del productor (EPR) siguen siendo fragmentados entre Estados miembros y, en muchos casos, poco eficaces. SfPE defiende que las EPR evolucionen hacia mecanismos armonizados que cobren tarifas proporcionales al coste neto real de recoger, clasificar y preparar para el reciclaje cada material, descontando los ingresos obtenidos de la venta de la materia prima secundaria. La organización insiste en que debe evitarse la subvención cruzada entre materiales y que los fondos recaudados se reinviertan exclusivamente en la mejora de la recogida y reciclaje del propio flujo material.

Otra de las prioridades destacadas es la necesidad de reforzar la recogida selectiva y erradicar progresivamente el vertido de materiales reciclables. SfPE señala que, aunque el acero es altamente reciclable y puede separarse de fracciones mezcladas gracias a sus propiedades magnéticas, las deficiencias en la infraestructura de recogida siguen ocasionando pérdidas de recursos. La entidad reclama normas claras sobre etiquetado, sistemas de recogida homogéneos y la introducción de prohibiciones de vertido e incentivos económicos que favorezcan la recuperación de materiales con valor.

En cuanto a los objetivos de contenido reciclado, la asociación advierte de que no son una herramienta adecuada para el acero de envase, que ya opera en un mercado robusto de chatarra y en un ciclo material cerrado. SfPE sostiene que imponer metas de contenido reciclado podría distorsionar un mercado que funciona correctamente y que, en lugar de ello, el foco regulatorio debe centrarse en mejorar la disponibilidad y calidad del scrap dentro de la UE.

El documento también insta a que la futura legislación reconozca explícitamente el carácter de “material permanente” del acero, capaz de reciclarse indefinidamente sin pérdida de propiedades. Esta distinción —subraya— debería reflejarse en la jerarquía de residuos y en el diseño de los instrumentos regulatorios, diferenciando materiales verdaderamente circulares de aquellos que degradan su calidad en cada ciclo.

SfPE alerta asimismo sobre la creciente presión sobre la disponibilidad de chatarra férrica en Europa. La industria utiliza alrededor de 80 millones de toneladas anuales, mientras que las exportaciones cercanas a 19 millones de toneladas, sumadas al aumento de la demanda derivada de nuevos proyectos de acero de bajas emisiones, podrían generar tensiones antes de 2030. La asociación pide criterios armonizados de fin de condición de residuo, mejoras en la clasificación y protección del scrap dentro del mercado europeo para garantizar el suministro de un recurso estratégico.

Entre las recomendaciones finales dirigidas al legislador europeo, SfPE plantea: armonizar las EPR y ajustar las tarifas a la realidad material; impulsar la recogida selectiva de alta calidad y prohibir el vertido de envases reciclables; evitar objetivos de contenido reciclado en acero; reconocer el acero como material permanente; y asegurar la disponibilidad de chatarra para apoyar la descarbonización industrial.

Para la asociación, solo la fijación de objetivos vinculantes de reciclaje de alta calidad y la mejora sustancial de la recogida permitirá avanzar hacia una economía verdaderamente circular. El organismo concluye que los envases no reciclables deberán eliminarse progresivamente para cumplir los objetivos del Pacto Verde y fortalecer las cadenas de valor europeas.