En 2016, las máquinas reversen vending llegaron a España por primera vez pero no han terminado de cuajar entre los españoles. El motivo es muy sencillo, en Alemania las máquinas devuelven 25 céntimos por envase, mientras que en España tan solo 1 céntimo.

La idea no es nueva, en la década de los ochenta llevabas tres cascos de litro a la tienda y salías de allí con una botella llena sin pagar un duro, pero esta práctica desapareció debido a la llegada de los envases no retornables. Más allá de la conciencia medioambiental de cada cual, recibir dinero por recicla envases es habitual en más de 40 países. Alemania, Dinamarca, Noruega, Suecia, Bélgica, Países Bajos o Canadá lo tienen muy presente desde hace años.

Un claro ejemplo es el de Alemania, pionera en reciclaje desde 2003, cuando comenzó a aplicar un sistema denominado Pfand, el primer paso del SDDR, por el que literalmente los supermercados pagan por el retorno a través de esas máquinas ubicadas a tal efecto en sus instalaciones. Los aparatos leen la etiqueta de cada envase, lo pesan y le asignan un valor de forma automática. Así se posibilita el abono instantáneo de entre 8 y 15 céntimos por cada soporte reutilizable y hasta 25 céntimos por envases de un solo uso.

La iniciativa se traduce en que en Alemania se recuperan hasta el 98,5% de los envases, según datos de Retorna, que aglutina a empresas de reciclaje, organizaciones en favor del medio ambiente, asociaciones de consumidores y otras entidades. Los españoles hacemos uso cada día de 51 millones de envases, una cifra similar a la de Alemania, que nos dobla en población.

En Dinamarca, Países Bajos y Noruega destacan por tener elevadas cifras de reciclaje de envases. Específicamente, el 99,5% de las botellas de refrescos y cervezas se devuelven en Dinamarca, en los Países Bajos son el 98% del vidrio y el 99% del PET reutilizables; mientras que en Noruega la cantidad alcanza el 98% para las botellas de cerveza y refrescos.

Los fabricantes europeos están obligados por ley a sufragar la gestión y eliminación del 100% de sus residuos, especialmente de sus envases. Pero en España es muy distinto, ya que es una única compañía, Ecoembes quien monopoliza la gestión de todo el proceso a través del Sistema integrado de gestión (SIG). Consiste en que las empresas pagan a Ecoembes por cada envase que ponen en los comercios y esta, a su vez, paga a los ayuntamientos, que son los encargados del procesamiento.

Ecoembes se encarga de recoger cualquier tipo de residuo y cobra por todos los envases, aunque solo paga por los que son aptos para el reciclaje. La empresa se opone a un reciclaje basado en el SDDR porque lo considera un sistema mucho más costoso y sin beneficios medioambientales reseñables que, además, encarecería los precios.

Mientras tanto, Retorna asegura que cada día se abandonan 30 millones de envases en toda España. Además, la mayoría de los consumidores, además, desconocen que ellos también pagan por el reciclaje, al menos de los envases que lucen el Punto verde (dos flechas cruzadas), que indica que la empresa productora ha abonado una tasa a tal efecto que repercute a cada persona que compra ese producto.