El sector del aluminio, conocido por su alta demanda energética, representa cerca del 4 % del consumo eléctrico mundial, gran parte del cual proviene de fuentes altamente contaminantes como el carbón. Frente a este desafío ambiental, la compañía RUSAL apuesta por una solución innovadora y sostenible: ALLOW, un aluminio de última generación fabricado con energía hidroeléctrica limpia y libre de carbono.

Gracias a que el 90 % de sus operaciones utilizan esta fuente de energía renovable, RUSAL logra reducir significativamente las emisiones de CO₂ asociadas al proceso de fundición del aluminio. En concreto, los productos fabricados con ALLOW —como latas, láminas y otros envases— presentan una huella de carbono inferior a 4 toneladas de CO₂ por tonelada de aluminio, es decir, entre cuatro y cinco veces menos que los procesos dependientes del carbón, y menos de la mitad en comparación con plantas alimentadas por gas.

La confianza en este modelo de producción también está respaldada por la transparencia. ALLOW cuenta con certificaciones que garantizan su origen sostenible y trazabilidad desde la fundición de donde proviene, lo que refuerza el compromiso de RUSAL con una economía circular basada en prácticas responsables.

RUSAL forma parte de la Iniciativa para la Gestión del Aluminio (ASI), una ONG del sector que promueve la verificación de la producción sostenible de este metal, en una línea similar a la certificación de la madera responsable o de los alimentos orgánicos. Este enfoque integral tiene como objetivo asegurar que el aluminio forme parte de las soluciones climáticas globales, garantizando prácticas responsables desde su extracción hasta su reciclaje.