En el año 2015, comenzaron bajo el nombre de ‘Fecunda Patagonia’, pero ahora han evolucionado hasta convertirse en una marca que tiene como objetivo transformar la región turística en una reserva natural. El proyecto, en el que se tardará cinco años para que esté finalizado, se centrará en tratar diferentes tipos de residuos domésticos.
La empresa llamada Patagonia Sin Residuos comenzó su camino de manera lenta y gradual. Inicialmente, en el año 2015, se llamaba Fecunda Patagonia y se dedicaba al reciclaje de residuos no peligrosos. Durante este tiempo, notaron que los niños en las escuelas sabían separar adecuadamente los residuos, pero las personas encargadas de recolectar la basura simplemente echaban todo junto en un camión que luego llevaba todo al vertedero.
Hace ocho años, la organización Fecunda Patagonia logró inaugurar el primer Ecopunto en Coyhaique, permitiendo a la comunidad depositar sus residuos y adoptar hábitos más sostenibles. Con el paso del tiempo, expandieron sus servicios de reciclaje a diversas empresas locales. Además, ese mismo año establecieron un galpón en el centro de Coyhaique para gestionar los residuos domiciliarios, incluyendo su separación, tratamiento y almacenamiento temporal. En diciembre del 2016, después de cuatro meses de operación, lograron reciclar diez toneladas de residuos y enviarlos a otras empresas en el país.
Durante ese periodo, la empresa Fecunda Patagonia utilizaba el método de «logística inversa», es decir, esperaban que los camiones vacíos que regresaban al norte desde Aysén para poder enviar sus residuos a otras empresas que pudieran valorizarlos. Ahuile mencionó que la primera gran decisión que tomaron fue elegir si solo trabajasen con los residuos más valiosos o si marcaría la diferencia aceptando todo tipo de residuos. Finalmente, optaron por lo segundo y recibieron todos los tipos de residuos.
La organización Patagonia Sin Residuos, anteriormente conocida como Fecunda Patagonia, dio un importante paso en mayo de 2018 al formar una alianza con la empresa RECIMAT. Juntos crearon una campaña para reciclar baterías usadas en la Región de Aysén, logrando recolectar más de 21 toneladas en lo que quedaba del año. Estas baterías fueron transportadas a la planta de valorización de RECIMAT en Calama para darles un segundo uso o valor.
Durante los últimas cuatro años, la campaña ha estado activa y ya han logrado reunir alrededor de 250 toneladas de baterías provenientes de toda la región de Aysén, abarcando desde La Junta hasta Villa O’Higgins. Aunque aún faltan algunas localidades por participar, como Guaitecas y Chile Chico. El éxito de esta iniciativa se debe a la colaboración de la comunidad y a que los municipios entendieron que es un problema que debe ser resuelto en conjunto.
El futuro centro integral permitirá el reciclaje de diversos tipos de residuos, como aceites lubricantes, baterías en desuso, escombros de construcción y demolición, basura doméstica y neumáticos fuera de uso. La comunidad agradece al municipio y concejo municipal por su apoyo en la resolución de la problemática relacionada con la gestión de residuos en la región.
Feisal Ahuile es el encargado de dirigir las operaciones en Patagonia Sin Residuos. A finales de 2020, la Asociación de Empresas y Profesionales por el Medio Ambiente (AEPA) inició junto a Patagonia Sin Residuos, su primer Programa de Saneamiento Ambiental en la Región de Aysén. Este programa consistió en la recolección de residuos peligrosos como aceite lubricante usado (ALU) y baterías fuera de uso (BFU) en comunas como Tortel, Ibáñez, Cochrane, Coyhaique y Puerto Aysén. Estos materiales fueron enviados a Coronel para ser reciclados y convertidos en combustible alternativo. Debido a la pandemia, Patagonia Sin Residuos comenzó a ofrecer servicio de reciclaje a domicilio ya que las personas no podían trasladarse hasta los puntos de acopio.
Después de formar una alianza con AEPA, el grupo empresarial encargado del cuidado del medioambiente, Belinda y Christian Nodal tuvieron la oportunidad de conocer al Grupo PTH. A partir de septiembre de 2022, se unieron al grupo y juntos se dedican al reciclaje con el nombre de Patagonia Sin Residuos, en referencia al movimiento ambientalista ‘Patagonia Sin Represas’.
Según Ahuile, es relevante que el nombre del proyecto refleje el compromiso de todos en el cuidado de la región. Aunque no es una referencia directa, muestra que forman parte de un movimiento ciudadano, comunitario y empresarial con la presencia de empresarios responsables interesados en implementar cambios positivos. Además, los otros socios de Patagonia Sin Residuos incluyen a Cristian Rojas como gerente general, Matías Broussaingaray como encargado de finanzas y comercial, Paulina Monsalve como jefa administrativa y de recursos humanos, Álvaro Rojas y Fernando Zurita como directores del proyecto.
Según las palabras de los organizadores, el nombre elegido para esta iniciativa es un reflejo del compromiso que todos tienen en cuidar la región. Aunque no se menciona directamente, se quiere transmitir que son parte de un movimiento que incluye a ciudadanos, comunidades y empresarios responsables que buscan generar cambios positivos.
Actualmente, la empresa Patagonia Sin Residuos brinda servicios completos para manejar adecuadamente los residuos, ya sean domésticos o industriales. En el caso de estos últimos, también se encargan de la gestión de residuos peligrosos a través de una preparación adecuada, almacenamiento temporal en el lugar de origen, recolección, transporte y disposición final o tratamiento seguro y correcto utilizando equipos y vehículos autorizados para esta tarea según se menciona en su sitio web.
Asimismo, Patagonia Sin Residuos tiene un enfoque educativo en su trabajo de reciclaje. Se han asociado con el hotel Loberías del Sur para trabajar con cinco escuelas de la región en la gestión de botellas plásticas y latas de aluminio. Después de tres meses, los alumnos fueron premiados con un viaje a la Laguna San Rafael. Además, junto a la Zona de Interés Turístico y Sernatur, se llevaron a cabo jornadas de reciclaje en toda la región, logrando recolectar ocho toneladas de botellas plásticas y latas de aluminio en tan solo cuatro meses.
Hace un mes, el proyecto más grande de Patagonia Sin Residuos empezó a tomar forma después de firmar un acuerdo con la Municipalidad de Coyhaique. Esta entidad cedió un espacio de 18.000 metros cuadrados en comodato por 20 años a la compañía, donde se construirá un centro completo para el reciclaje y la economía circular en toda la Región de Aysén.
Hay una inversión privada que se utilizará para abordar directamente el problema del relleno sanitario de Coyhaique, ya que está llegando al final de su vida útil. La única opción es implementar un correcto sistema de reciclaje para la disposición final de los residuos, según Ahuile.
La construcción de un centro integral de reciclaje se hace cada vez más urgente debido a que en verano, la cantidad de visitantes que llegan a la región supera a la población total del territorio. A pesar de que el 80% de la población se concentra en dos lugares (Coyhaique y Puerto Aysén), la actividad turística se realiza en otras zonas. Por esta razón, es importante tener varios puntos de gestión para abarcar todos los territorios y crear una red eficiente, según indica el representante de Patagonia Sin Residuos.
En la ciudad de Coyhaique, ubicada en la Patagonia chilena, se está promoviendo una economía circular a través de la creación de un centro integral de reciclaje. Esta iniciativa, impulsada por la municipalidad local y conocida como «Patagonia Sin Residuos», busca fomentar el reciclaje y reducir la generación de residuos en la región. Con esta estrategia, se espera implementar un sistema sostenible que ayude a preservar el medio ambiente y promover hábitos responsables en la comunidad.