Hace cien años la célebre marca Orlando pasó de exportar latas de conservas a fabricar el mítico tomate frito. Recientemente acaba de lanzar la primera tarta de tomate frito del mundo para celebrar su onomástica. La receta fue elaborada por su chef Iván Sáez.

Durante todo el siglo XX desde 1912, la innovación ha sido un valor fundamental para Orlando y por ende es que ha estado acompañando a la empresa. El objetivo de la marca siempre fue defender la calidad, el sabor y las características locales del producto con el fin de mantenerlos vivos en cualquier lugar que este se venda.

Orlando, quien ha tenido una gran época de éxito gracias a su lema «¡Cuate aquí hay tomate!» que mejor representa a aquella generación nacidos entre los 60s y los 2000s, reconoció que hay varios cambios culturales en el país. Pero lo importante es que, independientemente de todos estos cambios, «por más que haya cambiado todo, este sigue siendo un país con mucho tomate».

La compañía empezó en San Sebastián en 1922 como una empresa productora y exportadora de latas de conservas de pescado. Pero no fue hasta 1968 cuando Orlando lanzó el que se convertiría en el buque insignia de la marca: el tomate frito. En los años 80 Heinz se hizo con la empresa. En la actualidad, forma parte del grupo The Kraft Heinz Company, tras la operación anunciada en 2015 de la compra de Kraft por parte de Heinz.