Liberty Steel, empresa británica del sector del acero que tiene activos en Reino Unido, Australia, Estados Unidos e India y controla -entre otras cosas- el centro de hoja­lata de Lieja (Bélgica), ha presentado una oferta no vin­culante para hacerse con la alemana ThyssenKrupp, segundo mayor productor de acero en la Unión Europea (12,25 Mt/año) y propietaria de ThyssenKrupp Rasselstein, la planta de produc­ción de acero para envases más grande del mundo.

Esta operación supondría un importante salto para la firma bri­tánica, cuya producción de acero se ubica en 5,41 Mt, cifra bas­tante alejada de lo que produce anualmente el líder europeo y mundial del sector, Arcelor Mittal (97,3 Mt).

Varios factores amenazan la operación. En primer lugar, la Unión Europea rechaza una mayor concentración en el sector del acero; en segundo, la compañía alemana pasa por uno de sus peores momentos, tras registrar pérdidas de 700M€ los 9 primeros meses de 2020 (y, posiblemente 1000M€ al cierre del año – según señala el medio español Intelligence and Capital News Report, ICNR), por lo que ha anunciado alrededor de 3 mil despidos de aquí a 2026. Y, en tercer lugar, en Alemania claman que se lleve a cabo una nacionalización de la compañía, que da empleo a 29.000 trabajadores.

Liberty Steel forma parte del grupo del empresario británico Sanjeev Gupta que constituye un conglomerado que va de la siderurgia a la energía y el aluminio y que opera bajo el nombre de GFG Alliance.

 

Se desconoce el precio que la compañía británica ha ofertado por la planta siderúrgica de Thyssen Krupp, que inició activida­des en 1811. Pero, según señala el medio español, a Gupta “se lo apoda el salvador de la siderurgia británica por sus adquisicio­nes de empresas en apuros”.

Y esto parece ser así, ya que recientemente, Liberty Steel ofer­tó para la adquisición de la planta de aluminio del grupo esta­dounidense Alcoa ubicada en Galicia (España), la única fábrica de aluminio en España (San Cibrao, Lugo), y la cual planteó su cierre en el mes de mayo de 2020, después de registrar duran­te varios años pérdidas de 50 millones de euros debido, según anunció la compañía, a una “situación insostenible por la que atraviesa la planta de aluminio debido al marco energético ac­tual y la sobrecapacidad global de aluminio”.

La Comisaría de Competencia europea, bloqueó en 2019 la fu­sión de Thyssen Krupp con Tata Steel Europa, pero esto podría cambiar debido a la situación que la empresa y el mercado su­fren. “La siderurgia ThyssenKrupp, como muchas otras, viven en gran medida de las ventas al sector del automóvil cuya caída de producción y estado de crisis tardará mucho en recuperar­se, lo que hace más difícil ver las motivaciones más profundas de Gupta y su carrera de adquisición de activos en este sector. Es probable que lo que se busque ahora en Thyssen es una con­solidación de otra naturaleza, sobre todo porque -tras la venta de la división de elevadores- las necesidades de liquidez no son urgentes”- señaló ICNR.