La administración Trump presentó una propuesta para reducir los cuerpos de agua protegidos bajo la Ley de Agua Limpia, redefiniendo qué se considera un “cuerpo de agua de los Estados Unidos”. Entre los afectados se encuentran humedales, acuíferos subterráneos y corrientes efímeras, que quedarían fuera de la regulación federal sobre vertidos, relleno o dragado.

La medida tiene implicaciones indirectas para la industria del envasado metálico y el reciclaje de latas, ya que los envases de bebidas usados, a menudo terminan en sistemas de gestión de residuos que dependen de regulaciones ambientales para evitar que lleguen a ríos, lagos o zonas sensibles. Activistas alertan que limitar la protección de cuerpos de agua puede aumentar la contaminación y dificultar la recuperación de materiales reciclables, incluido el aluminio.

El administrador de la EPA, Lee Zeldin, defendió la propuesta como un equilibrio entre protección ambiental y desarrollo económico, asegurando que los propietarios no necesitarán gastar dinero en consultores para saber si tienen aguas protegidas en sus terrenos. Sin embargo, expertos y organizaciones ambientales advierten que la norma favorecerá a grandes contaminadores y pondrá en riesgo los programas de reciclaje y conservación de recursos como las latas de aluminio.

La polémica se produce tras la sentencia de la Corte Suprema de 2023, que ya limitó la protección de humedales a aquellos con “conexión superficial continua” con aguas protegidas, y después de que la administración Biden intentara implementar una definición más amplia. La nueva propuesta busca acotar aún más la regulación, lo que, según críticos, podría afectar la sostenibilidad de los envases metálicos y su correcto reciclaje.