Desde octubre del pasado año, la UE ha perdido el 50% de su producción de aluminio primario, lo que supone el equivalente a 1,1 millones de toneladas. La producción europea, que ya está muy por debajo de la media mundial en términos de emisiones de carbono, fue inmediatamente sustituida por aumentos de capacidad en carbono en otras regiones del mundo, especialmente en China, India e Indonesia, lo que ha provocado un considerable incremento de las emisiones mundiales de 10,3 millones de toneladas netas de CO2 en el último año.

Aunque en 2022 las emisiones de CO2 se habrán reducido en 7,4 millones de toneladas en la UE, al mismo tiempo, las fundiciones de aluminio emitirán 10,3 millones de toneladas más de CO2 en el resto del mundo.

No obstante, de media, entre 2017 y 2030, la Agencia Europea de Medio Ambiente estima que la reducción de CO2 en la UE sea de 81 millones de toneladas al año. Así, casi el 13% de los esfuerzos anuales de reducción de CO2 de toda la economía europea se compensan simplemente con terceros países si se sustituye la producción de aluminio primario de la UE.

‘Assessment of the effects of the CBAM on the European value chain’, realizado por el analista independiente de productos básicos CRU, destaca los riesgos para la cadena de valor si la CBAM incluye emisiones indirectas: los costes de producción de aluminio aumentarán entre un 24% y un 31%. Las importaciones de aluminio primario para la semifabricación podrían aumentar hasta un 43% y las pérdidas totales de valor añadido hasta un 77%.