En los últimos años, una nueva tendencia gastronómica ha captado la atención de los aficionados a las conservas: las latas millesimé. Se trata de productos enlatados que, pese a haber superado su fecha de consumo preferente, se comercializan a precios elevados debido a su evolución en sabor y textura. Algo así como sucede con los vinos reserva. Estas latas permanecen en los almacenes de sus fabricantes en un proceso de “maduración” que sólo los más expertos gourmet saben apreciar y pagar.


Aunque esta práctica ya gozaba de popularidad en Francia, recientemente ha llegado a España, despertando el interés de consumidores y expertos en gastronomía. L
a idea detrás de esta moda es que ciertos alimentos en conserva, como las sardinas o el foie gras, adquieren matices más complejos con el tiempo, de manera similar a los vinos de alta gama. Por ello, algunas empresas conserveras han comenzado a indicar el año de envasado en sus productos y a posicionarlos como artículos exclusivos.


La conservera francesa Millésime, pionera en este concepto, deja sus productos en reposo durante años antes de comercializarlos, asegurando que la maduración potencia su sabor y textura. Para reforzar su carácter exclusivo, han colaborado con artistas en el diseño de envases llamativos, transformándolos en piezas de colección.


En España, donde las conservas forman parte de la dieta cotidiana, la llegada de esta tendencia ha generado opiniones encontradas. Mientras algunos consumidores aprecian la calidad y la experiencia gastronómica que ofrecen estas latas envejecidas, otros consideran que se trata de una estrategia de marketing que busca justificar precios elevados.


En Francia, algunas marcas reconocidas han apostado por este concepto, como La Belle-Iloise o Conserverie Gonidec, que comercializan conservas de sardinas con indicación de añada. Otra empresa que se ha dedicado a este tipo de convervas es La Perle des Dieux, ubicada en Saint-Gilles-Croix-de-Vie, en la zona del Loira, que cuenta con más de 130 años de tradición en la elaboración de conservas de alta calidad. Fundada en 1887, la empresa ha mantenido su legado en la producción de sardinas, caballas y otros pescados, destacan las sardinas millésimées, conservas de añada que, al igual que los vinos, mejoran con el tiempo. También en España, empresas como Real Conservera Española o Conservas Ortiz han experimentado con la maduración de sus productos.