La Asociación del Aluminio de Estados Unidos ha solicitado que la próxima revisión del Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA), prevista para julio de 2026, sirva para unificar los aranceles sobre el aluminio en América del Norte y establecer sistemas de control de importaciones que eviten el desvío comercial y protejan a la industria estadounidense.

El presidente de la Asociación, Charles Johnson, afirmó que cualquier acuerdo comercial futuro con los socios norteamericanos “debe ofrecer el mismo nivel de protección a la industria del aluminio estadounidense que las medidas adoptadas por el gobierno de EE. UU.”. Según Johnson, dichas políticas han impulsado más de 10.000 millones de dólares en inversiones en el sector.

La revisión del tratado, que reemplazó al NAFTA en 2020, se ha transformado de un proceso rutinario en una negociación clave para la industria del aluminio, tras el inicio de la consulta pública el 16 de septiembre, que se prolongará con una audiencia el 17 de noviembre.

El vicepresidente de asuntos externos de la asociación, Matt Meenan, defendió que EE. UU., Canadá y México deben aplicar tarifas equivalentes frente al metal procedente de China o Rusia, para evitar que el aluminio entre en el mercado estadounidense a través de terceros países. “Si uno de nuestros socios no aplica los mismos aranceles, se crean puertas traseras para el metal injustamente comercializado”, advirtió.

Entre las preocupaciones del sector también figuran los vacíos en los sistemas de monitoreo de importaciones: mientras que EE. UU. y Canadá ya cuentan con ellos desde 2021 y 2019, respectivamente, México aún no ha implementado el suyo, pese a haberlo acordado en el texto original del USMCA.

La cuestión de las reglas de origen también promete tensar las negociaciones. Actualmente, el tratado exige que al menos el 70 % del aluminio usado en autopartes provenga de Norteamérica, aunque Washington podría presionar por aumentar ese umbral en la revisión.

En paralelo, la administración estadounidense ha ampliado los aranceles sobre productos de acero y aluminio, mientras que México estudia aplicar tarifas de hasta el 50 % a más de 1.300 productos provenientes de Asia.

Según Johnson, este cambio de rumbo “responde a años de presión del sector” y refuerza la idea de una “fortaleza norteamericana” frente al comercio desleal.