La Fundación Alcoa acaba de lograr un importante hito al anunciar que sus donaciones ambientales han aumentado hasta el punto de obtener la cifra de 20 millones de dólares. Esto se debe a que, para esta organización, proteger y conservar el medio ambiente sigue siendo su mayor prioridad desde su creación original.
Una causa humanitaria se mantiene por encima de todas las expectativas, contando en la actualidad con un número cada vez mayor de socios sin ánimo de lucro que desde el año 2017 han recibido fondos superiores a 20 millones de dólares para financiar proyectos relacionados con la protección del medio ambiente.
Desde que la Fundación Alcoa comenzó dicho proyecto, el cuidado de la naturaleza ha estado presente. Lo constata el hecho de que cada año se les brinda ayuda financiera a alrededor de 70 entidades no gubernamentales por más de 20 millones de dólares. Esto ocurre desde 2017, cuando se crearon dos fundaciones independientes separadas de la misma.
Asimismo, la fundación, al distribuir sus financiamientos anuales, se ha centrado principalmente en dos sectores. Por un lado, la mitad de los fondos están reservados para ayudar a preservar la naturaleza y combatir el calentamiento global; por otro, los recursos restantes se invierten para fomentar la educación y apoyo a desarrollar habilidades en contextos desiguales.
Por su parte, según Rosa García, quien es presidenta de la Fundación Alcoa, la forma en que esta logra hacerse notar y dejar un impacto significativo es gracias al trabajo conjunto que desarrollan con entidades sin fines de lucro. De esta manera contribuyen a mejorar el valor sostenible para las comunidades donde opera Alcoa.
La Conservación de la Naturaleza (TNC) está llevando a cabo un proyecto financiado por Alcoa, conocido como Forestry for the Birds, con el objetivo de evitar la disminución drástica de aproximadamente 3 mil millones de aves cantoras en América del Norte. Para ello, se ha invertido una cantidad de 80.000 dólares.
Finalizado 2022, el proyecto se desarrolló en Indiana con el objetivo de ayudar a los poseedores de terrenos y silvicultores a manejar las cerca de cinco millones de acres que componen los bosques del lugar. La meta es que ese manejo sea lo suficientemente eficaz como para favorecer el hábitat natural para doce especies diferentes de pájaros cantores. Perry Seitzinger, Ingeniero Forestal Consultor de Seitzinger Forestry, explicó que en Indiana hay muchos bosques que han madurado y envejecido a lo largo del tiempo. «Pero lo que está sucediendo con el tiempo es que estos bosques están madurando y envejeciendo. Y con la falta de disturbios, tenemos una falta de diversidad de clase de edad. Hay ciertas aves que dependen del bosque joven. Hay ciertas aves que dependen de bosques viejos y maduros, y también hay generalistas que necesitan diversidad en todo el bosque. Sin una gestión forestal basada en la ciencia, vamos a seguir experimentando una disminución de la población en bastantes especies de aves», indicó dicho experto.
Forestry for the Birds buscó llegar a un mayor número de personas impulsando la educación sobre el cuidado de los bosques a través de varias iniciativas, entre ellas: La Guía de bolsillo de Silvicultura para las aves, que proporciona información centrada en las aves sobre el manejo del hábitat para propietarios de tierras, silvicultores, biólogos de vida silvestre y otras personas interesadas.
Una información en forma de un perfil para la identificación y manejo de 12 diferentes especies a través de dos documentales llamado «Docena de Observadores de Aves» fue publicada en el boletín Indiana Woodland Steward, el cual es leído por 30.000 personas.
Chris Neggers de The Nature Conservancy en Indiana explicó que el programa Forestry for the Birds muestra las bondades de un manejo natural. La extracción del árbol, el fuego prescrito y ciertas prácticas ayudan a la preservación y esparcimiento de varias especies al reforzar su hábitat. El objetivo es aclarar y ofrecer conceptos básicos sobre dicho manejo para los terratenientes y silvicultores de la zona para apoyar el mantenimiento de las aves cantoras.
El proyecto de tres años BEFoRE (Benefits From Restoration) de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) está buscando respuestas a esas preguntas examinando la biodiversidad y los beneficios para la comunidad de los proyectos de restauración existentes en Islandia y Brasil. El esfuerzo, que comenzó en 2022, cuenta con el apoyo de una subvención de $ 1.5 millones de la Fundación Alcoa y se está implementando en asociación con la Universidad de São Paulo y la Universidad de Islandia.
Marcos Valderrabano de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza expresó su preocupación sobre el peligro que representa la pérdida de los ecosistemas. «Las iniciativas de restauración que buscan revertir los procesos de degradación pueden reducir el riesgo de colapso de los ecosistemas e impactar igualmente los medios de vida y el bienestar económico de las personas», indicó.
Si bien el proyecto no implicará la implementación directa del trabajo de restauración, proporcionará la investigación necesaria sobre la efectividad de los proyectos de restauración y las mejores prácticas que informarán futuras intervenciones. También apoyará el progreso hacia el nuevo Marco Mundial de Biodiversidad de las Naciones Unidas, que se ha centrado en restaurar al menos el 30 por ciento de las áreas degradadas o tenerlas bajo restauración para 2030, y el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, que es un llamado a la protección y reactivación de los ecosistemas en todo el mundo.
El conocimiento recopilado durante el proyecto, que se extenderá hasta 2025, se desarrollará en un modelo que se puede aplicar y ampliar en todas las geografías para aumentar la efectividad de los proyectos de restauración.
El Día de la Tierra de Canadá está llevando a cabo un programa llamado Acción Reducción, el cual cuenta con el apoyo de la Fundación Alcoa y una subvención monetaria de 300.000 dólares para los próximos tres años. Esto tendrá como resultado que 350 empresas canadienses contribuyan con 3.000 toneladas métricas en desechos orgánicos antes del 2024. La propuesta no solo es reducir los desechos al medio ambiente sino también prohibir los dañinos gases metano que se generan por dichos desechos.