Las asociaciones de industriales de Estados Unidos han celebrado la decisión de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA) de reconsiderar varias regulaciones, en especial una que busca reducir las emisiones de partículas en instalaciones industriales y que había sido impugnada en los tribunales.


La EPA anunció que revisará la actualización de los Estándares Nacionales de Calidad del Aire Ambiental (NAAQS) para el material particulado fino (PM 2.5), reduciendo el límite permitido de 12 a 9 microgramos por metro cúbico. La administración Biden defendió esta medida como una forma de mejorar la salud pública, evitando hasta 4,500 muertes prematuras y 290,000 días laborales perdidos, con beneficios estimados entre $22 y $46 mil millones, frente a costos de $590 millones para 2032.
Sin embargo, la regulación fue desafiada por fiscales generales republicanos y grupos industriales como la Asociación Nacional de Manufacturas (NAM), la Cámara de Comercio de EE.UU. y asociaciones del sector químico, forestal, petrolero y minero. Argumentan que la norma es poco viable y que podría afectar hasta $200 mil millones en actividad económica y casi un millón de empleos.


Empresas del sector del vidrio, papel y pulpa, así como otras asociaciones industriales, han respaldado la reconsideración de la norma, afirmando que las regulaciones actuales no equilibran costos y beneficios. Mientras tanto, grupos ambientales como el Sierra Club y el Natural Resources Defense Council han apoyado la posición de la EPA en los tribunales.


La disputa sigue pendiente en la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia.