Durante más de seis décadas, Imeta ha estado a la vanguardia de la innovación en cerradoras de latas. Su dedicación para mejorar y actualizar estas máquinas asegura que sigan siendo de última generación. De manera notable, muchos modelos del siglo pasado aún se mantienen en buen estado, demostrando una ingeniería excepcional que rivaliza con la tecnología moderna.
La rigidez y estabilidad de las fundiciones de hierro son incomparables en comparación con los marcos soldados de hoy en día. Sin embargo, la principal desventaja del hierro fundido es su susceptibilidad a la corrosión y las dificultades que presenta para la sanitización. Para abordar estos desafíos, Imeta ahora ofrece bases y piezas estructurales de acero inoxidable como reemplazos para los componentes originales de hierro fundido.
Este avance significativo permite que cerradoras de renombre como la Angelus 60L, 61H, 62H, 80L, 81L, 120L, 121L y otras cumplan con los estrictos estándares de sanitización mientras mantienen la rigidez y robustez que han definido su excelencia histórica en el cierre de latas.
El responsable de IMETA, Roberto Baroni, asegura que, desde el comienzo de su experiencia en el mundo de la conservación enlatada, siempre le ha asombrado cómo se utilizaban máquinas viejas y oxidadas para sellar latas de hojalata. “La verdad es que, si no fuera por la corrosión causada por los productos alimenticios y la humedad en las fábricas, con un mantenimiento adecuado, las selladoras de latas son máquinas capaces de funcionar durante decenas de años”.