European Aluminium y EUROFER, las asociaciones que representan toda la cadena de valor del aluminio y del acero en Europa, se han unido para hacer un llamado a la Comisión Europea para que tome medidas inmediatas y efectivas para abordar la fuga de chatarra en Europa, ya que consideran que el acero y el aluminio son materiales esenciales para una amplia gama de aplicaciones de energía limpia y son de suma importancia para la transición verde de la UE. Además, contribuyen activamente a la autonomía estratégica y la resiliencia de la UE.
Mejorar el reciclaje de aluminio y acero es crucial no solo para la descarbonización de su cadena de valor, sino también para lograr los objetivos de la economía circular de la UE, aseguran en una carta remitida a las autoridades europeas. El reciclaje puede ahorrar hasta un 95% y un 80% de la energía necesaria para la producción de aluminio y acero primarios, respectivamente. La chatarra de aluminio y ferrosa son materias primas secundarias estratégicas para la economía de la UE y herramientas esenciales para los objetivos de la UE. Creemos que la importancia de estos roles podría ser resaltada y aprovechada también en la próxima Ley de Economía Circular.
Sin embargo, el volumen de chatarra que podría y debería ser reciclado en Europa está disminuyendo drásticamente debido al aumento de las exportaciones de chatarra. Las exportaciones de chatarra ferrosa se han más que duplicado en los últimos años, pasando de 9,14 millones de toneladas en 2015 a 18,92 millones de toneladas en 2023, alcanzando su máximo de 19,43 millones de toneladas en 2021. Las exportaciones de chatarra de aluminio de Europa han alcanzado aproximadamente 1 millón de toneladas de exportaciones anuales en los últimos años, alcanzando un pico de 1,2 millones de toneladas en 2023. Se espera que se establezca un nuevo récord para finales de 2024, con exportaciones de chatarra de aluminio que superen los 1,3 millones de toneladas.
Mantener el volumen de chatarra ferrosa exportado en 2023 dentro de los límites de la UE contribuiría a la transición verde de la UE y a la seguridad energética a medida que los primeros proyectos de descarbonización a escala industrial comienzan a operar (para 2026). Al hacerlo, podríamos ahorrar 32 millones de toneladas equivalentes de CO₂ y 87 TWh (314 PJ) de energía primaria. Esto equivale a 35-40 TWh de electricidad entregada, lo que representa aproximadamente el 1,5% del consumo total de electricidad de la UE en 2023, o más que el consumo total de electricidad de países como Dinamarca o Eslovaquia. Para la chatarra de aluminio, alrededor del 75% de este valioso recurso se exporta a países como India, Tailandia, Malasia y China. Esto equivale a la exportación de 49 TWh de energía, es decir, la demanda eléctrica de un país como Hungría.
Entre las principales razones de la fuga de chatarra está el precio más alto que pagan los recicladores de países terceros, quienes valoran la chatarra como un recurso vital para impulsar su producción de reciclaje mientras reducen las emisiones de carbono y los costos. Estos países están invirtiendo fuertemente para aumentar sus capacidades de reciclaje, a menudo utilizando dinero proveniente de subsidios, lo que crea una competencia desleal en el mercado y sobrecapacidad, en detrimento de la competitividad europea. Por ejemplo, la capacidad de reciclaje de China pasó de 8 a 21 millones de toneladas para el aluminio, con aumentos adicionales proyectados para los próximos años. China aumentará su capacidad de reciclaje de chatarra ferrosa de 249 millones de toneladas en 2023 en 26 millones de toneladas adicionales para 2030. Además, la capacidad de reciclaje en estos países terceros se ve fortalecida por sus estándares ambientales, de seguridad y laborales más bajos y menores costos energéticos.
Las exportaciones de chatarra son, en esencia, exportaciones de energía y materias primas valiosas en un continente que carece de ambos recursos. Para abordar este desafío vital, instamos a la Comisión Europea a:
- Considerar el enfoque recíproco sugerido en el informe Draghi, que consiste en adoptar medidas para limitar la exportación de chatarra a aquellos países terceros que han impuesto restricciones a la exportación de sus materias primas críticas.
- Aprovechar la recientemente adoptada Regulación sobre Subsidios Extranjeros, en particular el conjunto abierto de remedios que esta regulación prevé.
- Aprovechar la legislación existente de la UE al máximo: basándose en la Regulación sobre el Envío de Residuos y la Ley de Materias Primas Críticas para imponer un régimen más estricto para las exportaciones de chatarra y mejorar el monitoreo de sus flujos. Además, recomendamos revisar rápidamente la Directiva sobre Vehículos al Final de su Vida Útil para reducir las exportaciones ilegales de vehículos al final de su vida útil y aumentar el suministro de chatarra.
La fuga de chatarra crea una oportunidad perdida para la descarbonización de Europa, su autonomía estratégica y sus ambiciones de competitividad. Revertir esta tendencia también ayudaría a incentivar las inversiones y el reciclaje en Europa. Hacemos un llamado a la Comisión para que dé la bienvenida a nuestras solicitudes y permita a nuestras empresas aumentar su capacidad de reciclaje y producción y avanzar en sus esfuerzos de descarbonización.
No actuar pondría en grave peligro nuestros sectores y su futuro en Europa. En medio de las crecientes tensiones geopolíticas, Europa no puede permitirse perder su columna vertebral industrial. Instamos a la Comisión a tomar medidas inmediatas para evitar graves consecuencias para la competitividad, resiliencia y seguridad de Europa.